sábado, 31 de diciembre de 2022

Villancico (XI)

 


No voy a negar que este es de mis favoritos. Creo que un sacerdote no debe hablar nunca de la Iglesia con indiferencia, y menos aún con desapego.

De las cosas que nos unen hablaré siempre con interés y un afecto profundo. Soy consciente de nuestras limitaciones pero en esta canción y en las actividades que a lo largo del año se van sucediendo a toda velocidad cada uno de nosotros pone lo mejor de sí mismo. Reconociendo la fragilidad de quienes formamos estas Parroquias: Brión, Covas, Ortoño y Trasmonte hemos de admitir que Cristo presente entre nosotros es quien construye su Casa: la Iglesia. 

A esa presencia de Cristo en la Iglesia hemos de corresponder siempre amándola con un afecto sencillo que se manifestará en nuestras palabras y obras. No negamos los errores y no dejamos de ver también la acción del Espíritu en su interior. 

En unas horas comienza un nuevo año y desde el papel que la Providencia me ha hecho jugar en este hogar de la fe que desea ser siempre vuestra Parroquia aprovecho para desear a todos los lectores de este blog un muy feliz año nuevo.

Ojalá que tanto vosotros como yo gastemos los días del 2023 que desde hoy se abren ante nuestros ojos con una ilusión siempre renovada, que nos ayude a afrontar cada jornada con un amor cada vez más grande a Dios y a nuestro prójimo.

Que la Virgen, Causa de nuestra alegría os cuide. A Ella le pido por cada uno de los que formamos esta pequeña porción de la Iglesia que camina en esta región de A Maía.

Con afecto,

José Luis Dorelle
Párroco de Ortoño y Unidas. 


Fallece Benedicto XVI

 El Papa emérito ha fallecido a las 9:34 horas de esta mañana en el monasterio Mater Ecclesiae, en el Vaticano, tras una vida de servicio sin fisuras a la Iglesia. Tenía 95 años. Eminente profesor y teólogo preclaro, sorprendió al mundo con su renuncia al papado en febrero de 2013.

Un trabajador sencillo y humilde de la viña del Señor. Con estas palabras se presentó al mundo al ser elegido Papa en 2005. Esta imagen de la JMJ de Madrid en 2011 rescata el momento más bonito que yo he vivido junto a Benedicto XVI: la tormenta de la noche de la Vigilia en Cuatro Vientos en agosto de aquel año en Madrid. Cuando paró la lluvia sonrió y nos dijo que habíamos vivido una aventura juntos. Grande. 


lunes, 26 de diciembre de 2022

Villancico (VI)

 

CURSO DE LITURGIA

 ELEMENTOS NATURALES DE LA LITURGIA (II)

Otros elementos y símbolos litúrgicos principales que emplea la Iglesia, su significado y su uso, son:

Ø    AIRE

El soplo del Creador infundió vida al hombre. Y el de Jesús resucitado comunicó a los apóstoles el Espíritu Santo. En el rito bautismal, ha figurado el soplo como signo de expulsión de Satanás, del alma del bautizado.  

Ø    ACEITE

En la vida espiritual, simboliza: fortaleza espiritual y corporal, valor curativo y conservativo de carácter espiritual, efusión de la gracia, santificación e inhabitación del Espíritu Santo y testimonio cristiano, comunicación del poder divino y consagración de objetos sagrados. Y por eso se usa como materia en algunos sacramentos:

o   En el bautismo, el óleo de los catecúmenos se coloca en el pecho. Simboliza la fortaleza y la agilidad espiritual.

o   El crisma se compone de aceite y bálsamo. Se usa en el bautismo, confirmación y consagración de sacerdotes, obispos, cálices, altares, patenas, Iglesias. Todo cristiano tiene que exhalar el suave olor de la santidad, el suave olor de Cristo, como dice San Pablo. En la ordenación sacerdotal se ungen las manos; en la episcopal, la cabeza.

o   Óleo de los enfermos: vehículo para la gracia divina, y para la salud del cuerpo y del alma.

Ø    CIRIO

Se usa para el alumbrado propiamente litúrgico, es decir, para las Misas y demás sacramentos y sacramentales. La vela encendida sirve para simbolizar a Cristo-Luz del mundo y significar la fe y la oración de los fieles en presencia del Señor.

Ø    PAN Y VINO

Son la base del alimento corporal del hombre. Simbolizan, al convertirse en verdadero Cuerpo y Sangre de Cristo, que la Eucaristía es alimento indispensable de todos los cristianos. Son los signos del sacrificio de su Cuerpo y Sangre como manjar espiritual del alma. El pan, hecho de muchos granos, y el vino, de muchos racimos, son símbolo de la unión intima entre los cristianos. Simbolizan también la unidad de la Iglesia y de los cristianos con Cristo y entre sí, pues compartir el mismo pan y el mismo vino son signos de fraternidad, amistad y unidad.

 

Fuente: Curso de Liturgia. (Cf) Pedro Sergio Antonio Donoso Beant

domingo, 25 de diciembre de 2022

Villancico (V)

 

EL BELÉN DE LA FACHADA DE LA NATIVIDAD DE LA SAGRADA FAMILIA DE BARCELONA

 

Natividad. Sagrada Familia de Barcelona

Gaudí utilizó la técnica del enmoldado con yeso, una técnica que ya utilizaban los griegos y llegó al summum del conocimiento de la técnica con el enmoldado de personas vivas, una técnica que empleó para las esculturas de la fachada del Nacimiento.

El protagonista debía vestirse con las túnicas pertinentes, o desnudarse si así lo requería la figura representada, y recibía el yeso sobre el cuerpo hasta que se formaba una carcasa rígida. El proceso solamente duraba unos pocos minutos, a pesar de lo cual alguno que no resistió a la sensación y se desmayó.

Gaudí escogió a la gente que tenía más cerca para hacer la fachada; inmortalizó a peones de obra, feligreses, niños de la parroquia…  eligió personajes completamente desemejantes: hay desde obispos hasta traperos, de suboficiales a cabreros, mozos de taberna o peones de la obra. Y es que, más que la «belleza plástica», lo que realmente le interesaba era la verdad expresiva de la gente. Gaudí veía en la verdad de la vida el reflejo de la belleza eterna y en cada ser, un trocito de Dios. Por ello, siempre había una cierta relación entre el modelo seleccionado y el personaje que debía representar. De esta manera, los niños de la escuela se convirtieron en ángeles para la cripta y los recién nacidos muertos en el hospital sirvieron de modelos para la matanza de los inocentes; también fue así, buscando esta semejanza en la esencia, como eligió los modelos para las esculturas más importantes de la fachada.

Por ejemplo, para hacer de Virgen María, Gaudí escogió una soltera madura y tan piadosa que quería ir a pie hasta Tierra Santa, pero cuando estaba en Premià de Mar, a veinte kilómetros de Barcelona, dijo «¡Dios mío, qué lejos está!», cogió el tren y se volvió a casa. Para san José encontró el modelo ideal en un cantero que había faltado a la obra varios días seguidos; cuando fue a verle, se lo encontraron en el suelo sobre un jergón de paja desgarrado, al lado de su mujer que rogaba que se recuperase. Y para el niño Jesús en el pesebre escogió a una recién nacida real de pocos meses: la nieta del escultor y gran amigo suyo, Llorenç Matamala.

Huida a Egipto. Sagrada Familia

Gaudí también utilizó la técnica del enmoldado con animales. De ese modo, los pavos, las gallinas y las ocas eran de una masía vecina. No obstante, el caso más anecdótico es el de burra del grupo escultórico de la huida a Egipto. Para comenzar, le tuvieron que comprar el animal a una vieja vendedora de tierra que pasaba a menudo por estos barrios y que vendía tierra para lavar las vajillas porque no quiso ceder la burra. Sin embargo, el animal no se dejaba enmoldar, así que Gaudí hizo que la izasen sujeta por el vientre; al sentirse suspendida, espantada, se quedó quieta y, entonces, sí que fue enmoldada fácilmente.

Fuente: blog de la Sagrada Familia. Barcelona 

 

sábado, 24 de diciembre de 2022

Boletín parroquial "O Sineiro", n. 610

 

Puedes consultar O Sineiro 610 pinchando AQUÍ.

Villancico (IV)

 

"NOCHE DE PAZ"

  

Fuente: Historia National Geographic. 
La tregua de Navidad de la Primera Guerra Mundial

El villancico que provocó una tregua en la Primera Guerra Mundial

La noche del 24 de diciembre de 1914, soldados alemanes y británicos atrincherados frente al campo de batalla acordaron una tregua para celebrar la Navidad con el villancico `Noche de paz´.

 

Cuando los soldados ingleses comenzaron a escuchar a los alemanes desde su trinchera entonar el villancico `Noche de paz´ decidieron unirse a ellos. Cada uno cantó en su idioma este clásico villancico, aunque a la mañana siguiente el conflicto continuaría. 

Sin embargo, al amanecer, un soldado inglés sin armar se acercó a la trinchera alemana. Estos salieron a recibirle, y algo que no había ocurrido en ninguna otra guerra sucedió en el frente de la Primera Guerra Mundial. Tras la noche de paz, en la que se conmemora el nacimiento de Jesús, estos soldados decretaron una tregua para celebrar la Navidad: se hicieron regalos e incluso jugaron un partido de futbol. 

Fuente: El Debate, 8/12/2021, https://www.eldebate.com/religion/20211228/villancico-provoco-tregua-primera-guerra-mundial.html

viernes, 23 de diciembre de 2022

Villancico (III)

 Como siempre insuperable el villancico del Colegio Tajamar de Madrid.

FIN DEL AÑO SANTO COMPOSTELANO 2021 - 2022

Fuente: Peregrinos en la Puerta Santa. Mundiario 

Estamos a pocos días del cierre de la Puerta Santa en la Catedral de Santiago. Esta ocasión ha sido excepcional y hemos dispuesto no de uno, sino de dos años jacobeos para poder ganar la indulgencia plenaria. Fue el Papa Francisco quien, debido a los terribles acontecimientos provocados por el coronavirus, así lo confirió en un decreto de la Penitenciaría Apostólica. 

En lo sucesivo, se volverá a la cadencia que imponen los años bisiestos, de 6, 5, 6 y 11 años, lo que sucede 14 veces cada siglo. Es decir, los próximos años en los que el 25 de julio coincida en domingo serán:

§  Año Santo Jacobeo 2021 - 2022

§  Año Santo Jacobeo 2027 (+6)

§  Año Santo Jacobeo 2032 (+5)

§  Año Santo Jacobeo 2038 (+6)

§  Año Santo Jacobeo 2049 (+11)

§  Año Santo Jacobeo 2055 (+6)

§  Año Santo Jacobeo 2060 (+5)

§  Año Santo Jacobeo 2066 (+6)

§  Año Santo Jacobeo 2077 (+11)

§  Año santo Jacobeo 2083 (+6)

§  Año Santo Jacobeo 2088 (+5)

§  Año Santo Jacobeo 2094 (+6) 

El primer Año Santo Jacobeo del siglo XXII será en 2106 y el siguiente en 2117, justo once años después. El motivo de romper esta sucesión de 6, 5, 6 y 11 años no es otra que tanto 2100, 2200 y 2300 no serán bisiestos. 

Quedan pocos días para poder alcanzar el perdón del Jubileo Compostelano; de no hacerlo, habrá que esperar hasta el año 2027. Recordemos que para poder alcanzarlo, además de visitar la catedral de Santiago de Compostela, es necesario confesarse y comulgar durante los quince días anteriores o posteriores a la visita, y rezar una oración por el Papa. Muy poca cosa comparada con el enorme privilegio de recibir la indulgencia plenaria.

 

 

miércoles, 21 de diciembre de 2022

Villancicos (I)

 Iniciamos -como otros años- la costumbre de colocar villancicos en este blog. 

Es hermoso hacerle sitio en nuestra casa.

martes, 20 de diciembre de 2022


 

La oración de la tarde es el momento para confesar las faltas y pedir perdón por ellas, dar gracias por lo que hemos hecho bien y por las gracias recibidas, hacer propósitos apoyados en la ayuda de Dios para cerrar el día que ya pasó y guardarlo en lugar seguro, y como primer paso hacia el bien para el día siguiente.

 

       San John Henry Newman

 

lunes, 19 de diciembre de 2022

CURSO DE LITURGIA

ELEMENTOS NATURALES DE LA LITURGIA (III)

Otros elementos y símbolos litúrgicos principales más que emplea la Iglesia, su significado y su uso, son:

Ø SAL

Que sazona y preserva; se dejó optativo en la fórmula ritual de la bendición del agua lustral como remedio para poner en fuga los demonios y ahuyentar enfermedades. También se usó en el bautismo, colocando unos granitos sobre la boca del bautizado.


Ø CENIZA

Es el símbolo de la caducidad de la vida y de todo lo material y, por lo mismo, símbolo del dolor, de la penitencia, del arrepentimiento, de una gran aflicción. La Iglesia nos pone el día del Miércoles de Ceniza “en señal de la humildad cristiana y como prenda del perdón que se espera”.  

Ø INCIENSO

Nuestra vida se tiene que quemar en honor a Dios, dando suave aroma. En las solemnidades se inciensa el altar y los santos, la cruz y el Santísimo Sacramento en señal de respeto y veneración. Se inciensa al sacerdote como representante de Dios, y a los fieles para recordarles que, como pueblo santo y sacerdotal, son concelebrantes y no sólo espectadores. Además, purifica el templo y nos eleva a Dios.

 Fuente: Verdissimo

Ø FLORES

Las flores naturales que adornan el altar y los santos significan fiesta, alegría, exultación piadosa. En tiempo de Cuaresma, tiempo fuerte de penitencia y austeridad, aunque se pueden poner algunas plantas, no debe haber, sin embargo, flores en las iglesias, exceptuando el tercer domingo de Cuaresma, domingo del “Laetare”, y las solemnidades y fiestas que caen en Cuaresma.

Ø CAMPANILLA

Para la atención piadosa y unión de corazones de la asamblea participante. Se usa en el momento de la consagración en la Santa Misa, para centrar la atención de los que participan en la Eucaristía.

 Fuente: Wikipedia

Ø CRUZ

Como árbol de vida y victoria pascual, se adorará en los Oficios del Viernes Santo. Además, preside la Eucaristía y encabeza las procesiones.

 

Fuente: Curso de Liturgia. (Cf) Pedro Sergio Antonio Donoso Beant

sábado, 17 de diciembre de 2022

Tercera semana de Adviento Is 48, 17-19; Mt 11, 16-19 (y PARTE III)

 Homilías en el año litúrgico (BXVI)


El Adviento pone al pueblo cristiano en tensión espiritual hacia la venida del Hijo de Dios.
Fuente: Tiempo de Adviento. Religión digital


“LA SABIDURÍA SE HA ACREDITADO POR SUS HIJOS” (Parte III, final)

Así, las palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento son las mismas, dicen lo mismo para distintas generaciones, y también a nosotros nos parece que esta historia sigue abierta en nuestras manos. Esta es la gran esperanza que nos arrojan los textos de la liturgia de hoy.

Al final del Evangelio, después de la tristeza de las personas de tantas generaciones y del peligro de que esas generaciones pudiesen decir no, aparece una palabra de alegría: una promesa victoriosa. El Señor dice que, a pesar de todo, “la sabiduría fue reconocida por sus obras” (Mt 11,19). Cuando escuchamos esto, nos preguntamos: ¿es cierto que Dios es sabio? ¿Podemos decir que Dios es la sabiduría, que Cristo, que ha sufrido la cruz, es la sabiduría? En verdad, por medio de su victoria el Señor ha dejado en herencia el germen de la nueva vida para su pueblo y para el mundo, una levadura que transformará todo. Y ha fundado de este modo una nueva manera de vivir la fe.

La Jerusalén terrenal ha sido destruida, pero de la cruz de Cristo surge una nueva Jerusalén, una nueva ciudad esparcida por todo el mundo, en las pequeñas y también en las grandes comunidades de los creyentes. Alentada por la fe, crece una nueva ciudad, una imagen de la futura Jerusalén.

“Y la sabiduría fue reconocida por sus obras”. Nacen las primeras comunidades cristianas, una nueva humanidad, el amor a los que sufren y a los pobres, que no había existido en el mundo, una luz de verdad que ilumina las sendas de la humanidad, transforma el mundo y a pesar de todo vence sobre lo malo.

Ya hemos hablado del camino de las lámparas ardientes, un camino de luz que se extiende cada vez más en la historia. Así se fundó una nueva ciudad, una nueva vida. En el Apocalipsis se dice: “Vi una muchedumbre inmensa con vestiduras blancas” (Ap 7,9). Son aquellos “que vienen de la gran tribulación” (Ap 7,14) y que representan la nueva humanidad. “La sabiduría se ha acreditado”. Dios es sabio, a pesar de estas derrotas crece la humanidad, crece el don del amor, de la fe y de la esperanza que Cristo nos ha regalado.

San Lucas nos transmite otra variante de estas palabras cuando dice: la sabiduría fue reconocida “por todos sus hijos” (Lc 7,35), los hijos de Cristo, sus hermanos. Esto comienza con los primeros mártires y llega hasta los grandes testigos de la fe de hoy, todos ellos reconocen a Cristo, la verdadera sabiduría divina. Así, el texto nos invita a ser hijos de la sabiduría y hacer obras de la sabiduría para transformar el mundo.

Finalmente, los textos aparecen en la liturgia de un modo muy concreto. el texto del salmo 81 dice: “Si hubieses escuchado mis mandatos te sustentaría con miel y con flor de trigo”. El señor nos alimenta con flor de trigo, consigo mismo, nos da este pan, en la pequeña cantidad de trigo se entrega a sí mismo. Se entrega en nuestras manos, en nuestro corazón.  

Pidámosle al Señor que nos ilumine, que nos conceda escucharlo y poner en práctica su palabra. Y de este modo llegar a ser sus hijos, a hacer sus obras, obras de la sabiduría divina.

        Fuente: Benedicto XVI, El camino de la vida. Homilías en el año litúrgico. Barcelona, 2019 

viernes, 16 de diciembre de 2022

Tercera Semana de Adviento Is 48, 17-19; Mt 11, 16-19 (PARTE II)

 Homilías en el año litúrgico (BXVI)

Fuente:     POR FALTA DE VIGILANCIA.  Blog católico Gotitas de Espiritualidad


“LA SABIDURÍA SE HA ACREDITADO POR SUS HIJOS” (Parte II)

Pasemos de la oración inicial a la lectura y al Evangelio. Ambos están interconectados, y se ve con claridad la unidad interna entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Hablan del sufrimiento de Dios en la relación con sus criaturas humanas. Dios sufre. ¿por qué no somete a su criatura con la fuerza de su omnipotencia? En lugar de esto busca su amor, sale al encuentro de nuestra libertad, pues no le gustaría lograr nada con violencia; anhela el amor, en concreto el amor gratuito, y así nos deja la libertad de decir sí o no a su ofrecimiento y a su invitación al amor. Tristemente ocurre que la criatura ser humano casi siempre dice no y piensa que decir no es prueba de su libertad. Dios busca al ser humano de todas las formas posibles; en el Evangelio de hoy el Señor lo hace con una parábola. Lo intenta por el camino de la severidad, de los mandamientos del Sinaí, en la época de los profetas, en las palabras de Juan el Bautista. Y el ser humano responde: “No, soy libre, no acepto el rigor de estos mandamientos, sigo mi propio camino”.

Dios lo intenta por el camino de la humildad, de la bondad, con su vida, con el amor a los seres humanos. ¿Y qué sucede? También aquí el ser humano dice no, se ríe de este Dios débil que busca su aprobación y se revela como no omnipotente. El Evangelio nos dice: “Os tocamos la flauta y no habéis bailado; entonamos lamentaciones y no habéis gemido” (Mt 11,17). El ser humano no se suma a este juego del amor divino, se opone a él. De ahí la inmensa tristeza y el profundo dolor de Dios en esta historia.

En la lectura escuchamos este lamento de Dios: “¡Ah, si hubieras atendido a mis preceptos! Tu paz habría sido como un río” (Is 48,18). La misma frase aparece de nuevo en el salmo 81, quizá redactado en la misma época: “Si Israel hubiese escuchado mis mandatos, los alimentaría con flor de trigo y los saciaría con miel de la peña” (Sal 81,17).

Y las mismas palabras regresan como declaración del Señor: “¡Ah, si tú también hubieras comprendido en este día el mensaje de paz!” (Lc 19,42). Quizá algunos de vosotros conocéis en Jerusalén la iglesia del Dominus flevit, que se levantó en el Monte de los Olivos desde donde Jesús miró hacia la ciudad y dijo: “Si también tú conocieras el mensaje de paz”. La historia demuestra la verdad de este lamento de Dios.

El texto de la lectura procede, como el salmo, posiblemente del tiempo del exilio. En primer lugar, Jeremías le había dicho con claridad al rey y a todos los poderosos de Israel: “No entréis en guerra con Babilonia, no os comportéis como cuando Israel era una de las grandes potencias que podría declararle la guerra a Babel; no lo hagáis, dejad de pensar en ello. Elegid, por el contrario, estar con Dios. Guardad la paz y permaneced en este país”. Pero no lo escucharon, Israel no le hizo caso, y se fue al exilio durante setenta años; parecía haber desaparecido de la historia.

El Señor usa la misma advertencia que Jeremías: “No hagáis frente a los romanos con armas, no creáis que el Señor es un guerrero que os da las fuerzas militares que no tenéis. Seguid el camino del arrepentimiento, de la fe, del amor, el camino de la comunidad con Dios, que es el único que puede transformar el mundo”. Pero nadie escucha, todos actúan como la generación de Jeremías. Creen en Barrabás y al final está la destrucción de Jerusalén; san Lucas dice en su Evangelio: “Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que el plazo de los gentiles se cumpla” (Lc 21,24).

Estas palabras son verdaderas en el presente, en este siglo que vivimos: “¿Por qué no habéis escuchado?”, podría decirnos el Señor. Habríais podido evitar el desastre del gobierno comunista que destruyó las almas y el país, habríais podido evitar ese gran desastre del nacionalsocialismo, que es una permanente vergüenza para nosotros.    

No han escuchado, Señor. Así vemos cuán cierto es el lamento de Dios, que no es una descripción del pasado, sino una clara advertencia a nosotros y a nuestra generación: prestad por fin atención, la causa aún no se ha perdido, escuchad y seguid al Señor, al Señor de la paz y no al Señor de la guerra.

Estas son palabras que el Señor dirige a nosotros, la nueva generación, que tiene en su mano la llave del futuro. Es un grito poderoso: escuchad, no hay ningún destino inevitable. El ser humano está en libertad de decir sí respecto de un cambio a mejor. Es nuestro deber escuchar y seguir este camino con coraje, gritarle esto al mundo, aunque no quiera escuchar; dejar que se escuche al menos este lamento y este grito del Señor, con todo el peso del pasado, que con suficiencia conocemos. 

(Continúa)


        Fuente: Benedicto XVI, El camino de la vida. Homilías en el año litúrgico. Barcelona, 2019 

jueves, 15 de diciembre de 2022

Tercera semana de Adviento Is 48, 17-19; Mt 11, 16-19 (PARTE I)

 

Homilías en el año litúrgico (BXVI)


“LA SABIDURÍA SE HA ACREDITADO POR SUS HIJOS” (Parte I)

Los textos de esta liturgia del viernes de la segunda semana de Adviento están llenos de luz para nuestro camino y nos ayudan a entender mejor los fundamentos de nuestra vida cristiana.

Me gustaría comentar la oración inicial. La palabra más importante es “vigilancia”, que junto a otras es una palabra clave del tiempo de Adviento. Vigilancia, estar vigilante, ¿qué significa? Quien duerme está encerrado en sí mismo. No percibe la realidad fuera de sí mismo, y en sus sueños tampoco puede captar la realidad, sólo sombras de su espíritu, de su subconsciente. Cuando despierta se libera de la prisión, de los muros de sí mismo y percibe la realidad que lo rodea. Se abre para ella.

Nuestra generación está convencida de que está muy “despierta”, más que las generaciones anteriores, solo porque percibe mucho más del mundo. Nuestra mirada alcanza distancias mayores, inmensas lejanías tanto local como temporalmente. Y al mismo tiempo somos capaces de penetrar la materia, hasta las partículas más pequeñas de las que se compone. El horizonte se ha ampliado enormemente, tanto como nuestras posibilidades de actuar en este mundo. Y sin embargo, tenemos que decir que esta generación, en un sentido mucho más profundo, duerme. Está encerrada en sí misma porque sólo ve lo que hace y puede hacer, y se queda en la parte externa de la realidad, en las cosas materiales que se pueden tomar con la mano. Justo por eso estamos cada vez más encerrados en nosotros mismos y ya no somos capaces de acercarnos a lo infinito, de ver la luz divina transparentar la materia creada, en nosotros mismos, con el ojo de nuestro corazón.  

Con su llegada, el Señor nos ofrece despertar, escapar de la prisión de lo material, abrir el corazón y empezar a ver la realidad más amplia, el espíritu de Dios en el mundo, la presencia de Dios en Jesucristo, en su Palabra, en sus sacramentos.

Este es el primer imperativo que nos obliga a seguir abriendo los ojos de nuestro corazón y a ayudar a nuestros amigos, al prójimo, para que puedan empezar a ver la verdadera dimensión y profundidad de la realidad. Ver también significa salir de sí mismo, y así de la palabra “vigilancia” surge el otro fundamento del camino en el Adviento: “salir al encuentro del Señor”.

La fe no es una acumulación de ideas, es una aventura de la vida, un camino, un ponerse en movimiento hacia el Señor. El camino exterior que recorremos debería ser al mismo tiempo un camino interior, un salir de sí mismo para ir al encuentro de Dios, hacia la verdadera realidad, hacia el amor y hacia el prójimo.

Hay una tercera palabra que es importante en esta oración: la palabra de Dios, la luz, la invitación a encender las lámparas de nuestro ser para llegar a Dios. ¿Qué quiere decir esto? Si nos fijamos en la historia de la Iglesia, en la historia de los santos, vemos estas “lámparas” ardientes que iluminan el mundo, que no sólo dan luz en el tiempo del mundo, sino que llegan a ser ornamento y luz en la fiesta eterna del amor de Dios. Empecemos con los mártires de los primeros siglos y sigamos hasta los grandes doctores de la Iglesia, hasta Agustín, Ambrosio, Buenaventura, Tomás: son ellos lámparas que arden con fuerza, que iluminan y seguirán iluminando el camino de la historia. Después están san Francisco de Asís, san Carlos Borromeo, santo Domingo, santa Teresa de Ávila, san Juan de la Cruz, santa Teresa de Lisieux, hasta Maximiliano Kolbe, el Padre Pío, Edith Stein, la Madre Teresa, …

De hecho, en las tinieblas de nuestra historia podemos encontrar lámparas ardientes que iluminan, que nos muestran que hay luz, que el ser humano no es un accidente de la creación, sino que puede ser semejante a Dios. Nos fortalecen en el camino del amor, porque Dios es el amor. Y somos semejantes a Dios en la medida en que avanzamos por la senda del amor.

(Continúa)

Fuente: Benedicto XVI, El camino de la vida. Homilías en el año litúrgico. Barcelona, 2019