lunes, 6 de mayo de 2024

CURSO DE LITURGIA

 

Inicio de la Cuaresma. Fuente: Marca.com

26. LA CUARESMA

Cuarenta días antes del Domingo de Ramos empieza el tiempo de Cuaresma que la Iglesia instituye para prepararnos a celebrar los misterios de la Pasión. Desde fines del siglo II ya existe en la Iglesia un periodo de preparación a la Pascua, observado con días de ayuno y penitencia.

Este ayuno de cuarenta días se observaba desde la sexta semana antes de Pascua, pero habiendo por medio seis domingos (días siempre festivos y nunca penitenciales) y para completar el número simbólico de cuarenta días de penitencia (cuarenta años fue la peregrinación del pueblo de Israel en el desierto, cuarenta horas permaneció Jesús muerto, cuarenta días duró el diluvio, cuarenta días estuvo Moisés en el Sinaí), se amplió al miércoles anterior.

Más tarde se añadieron otros domingos de preparación a la Cuaresma (Quincuagésima, Sexagésima y Septuagésima, hoy suprimidos). Era en Cuaresma la época en que los catecúmenos que se iban a bautizar en la Vigilia Pascual se preparaban intensamente para recibir el Sacramento. También, el Miércoles de Ceniza, eran separados públicamente de la Asamblea los pecadores, imponiéndoseles la ceniza y obligándoseles a la penitencia pública, generalizando la costumbre de la imposición de la ceniza a todos los fieles el papa Urbano II en el sínodo de Benevento del año 1.001. La Constitución litúrgica (SC 109) recuerda el carácter bautismal y penitencial de la Cuaresma. Es la época del “convertíos y creed en el Evangelio” (Mc 1,15).

Abarca pues, desde el Miércoles de Ceniza hasta el Triduo pascual. El cómputo matemático total en la actualidad suma cuarenta y cuatro días, incluidos el Miércoles de Ceniza y el Jueves Santo. Dentro de la Cuaresma entran las siguientes fiestas:

Ø Solemnidad de San José, el diecinueve de marzo,

Ø La Anunciación del Señor, el veinticinco de marzo.

La SC nos recuerda el doble carácter de la Cuaresma: penitencial y bautismal. Insiste en la escucha asidua de la Palabra y en la dedicación a la oración. Teológicamente, el protagonista de la Cuaresma es Cristo (se retira al desierto a orar, se encuentra con la samaritana y la salva, cura al ciego, etc.). Él es el dueño de la historia y avanza hacia la Pascua sembrando la Salvación.

La trilogía cuaresmal que la Iglesia nos propone consiste en limosna, oración y ayuno.

En cuanto a normas litúrgicas y orientaciones pastorales propias de este tiempo, podemos apuntar algunas:

Ø En general, en el tiempo cuaresmal se debe buscar la mayor austeridad posible, tanto para el altar como para los demás lugares y elementos celebrativos.

 

Ø El contraste entre esta austeridad cuaresmal y las maneras festivas que se ofrecerán al llegar la Pascua (Pascua = paso) ayudarán a captar este concepto de “paso”.

 

Ø En este tiempo hay que suprimir las flores, la música instrumental (salvo si es imprescindible para acompañar el canto) y los adornos.

 

Ø Una celebración comunitaria de la Penitencia es muy recomendable, con confesión personal como preparación inmediata al Triduo Pascual, así como el ejercicio del Vía Crucis.

 

Ø En la Misa siempre se omite el Aleluya.

 

Ø Se dicen los prefacios de Cuaresma (excepto las fiestas que los tengan propios)

 

Ø Los domingos se omite el Gloria.

 

Ø Antes del Evangelio, en lugar del Aleluya se puede hacer una aclamación a Cristo.

 

Ø El acto penitencial de la Misa debe destacarse.

 

Ø El Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo hay que guardar ayuno y abstenerse de comer carne. El ayuno consiste en hacer una sola comida al día, no estando prohibido tomar algo de alimento a la mañana y a la noche.

 

Ø Los viernes de Cuaresma (y todos los del año) son días penitenciales de abstinencia. Ésta puede ser sustituida por alguna práctica religiosa: lectura de la Sagrada Escritura, limosna penitencial, obras de caridad o piedad, etc.

 

Ø En el Miércoles de Ceniza, la imposición de la ceniza debe hacerse después del Evangelio y la homilía. Por ese motivo, en la Misa de ese día se omite el acto penitencial. Es recomendable que el sacerdote presidente se imponga a sí mismo la ceniza o que alguno de los fieles se adelante a imponérsela: debe dar ejemplo de que, como signo visible de Cristo en la comunidad, se incorpora también a su camino de Pascua.

 

Ø El sexto domingo de Cuaresma se llama domingo en la Pasión del Señor o de Ramos (antes de la reforma litúrgica se conocía por el nombre de Domingo de Pasión al anterior a Ramos)

 

Ø Las vestiduras son, como en Adviento, moradas.

 

Resumiendo; en Cuaresma se debe buscar la mayor austeridad posible como tiempo penitencial propio, tanto en el exorno de los altares como en los demás elementos celebrativos, suprimiendo flores y cánticos. En la antigua liturgia hispánica, en este tiempo se cubría el altar con un paño de saco. Se omite siempre el “Aleluya” y está mandado suprimir los adornos y las flores, excepto el domingo IV llamado de Laetare por su Introito (ese domingo se pueden usarlos ornamentos rosas), omitiéndose los domingos el “Gloria”. Es tiempo adecuado para realizar celebraciones comunitarias de la Penitencia. El ayuno está limitado al Miércoles de Ceniza y al viernes Santo, y la abstinencia de carne, además de estos dos días, todos los viernes del año, no sólo los cuaresmales, pues el CDC no hace distinción alguna entre unos viertes u otros (CDC 1.250 y siguientes). No obstante, el ayuno y la abstinencia pueden ser sustituidos por otra práctica penitencial, como obras de caridad (visita a enfermos o atribulados) o piedad (participación en la Santa Misa, rezo del Rosario, etc.), limosnas, lectura de la Sagrada Escritura, etc. (artículo 13.2 del Decreto General de la Conferencia Episcopal Española sobre las Normas Complementarias al Nuevo Código de Derecho Canónico, de 26.11.1983)

Fuente: (Cf) Curso de Liturgia. (Cf) Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


lunes, 29 de abril de 2024

CURSO DE LITURGIA

 

La procesión del Señor de los Milagros recorre Lima (Perú) el Viernes Santo.
Fuente: Youtube

24. LAS PROCESIONES

Un apartado de la religiosidad popular muy querido por las Hermandades y cofradías son las procesiones. La procesión es una expresión cultual de carácter universal en la cual la piedad popular y la liturgia establecen una relación muy peculiar. Las procesiones son manifestaciones de la fe y piedad populares con grandes connotaciones culturales y que despiertan el sentimiento religioso de los fieles, tal como las define el Directorio sobre la piedad popular y la liturgia.

Hay procesiones litúrgicas que se celebran durante el desarrollo de la Eucaristía y son necesarias para el desarrollo de la misma acción litúrgica: la procesión de entrada del ministro y los celebrantes, que puede solemnizare entrando los celebrantes desde el fondo de la nave; la procesión hacia el ambón del diácono o presbítero para proclamar el Evangelio; la procesión para presentar las ofrendas; el momento de recibir la comunión, que también se considera procesión de los fieles. Además, hay procesiones litúrgicas con motivo de ciertas festividades: la del 2 de febrero (Candelaria), que conmemora la Presentación del Señor en el Templo; la del Domingo de Ramos (palmas), que conmemora la entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén; las de la Vigilia Pascual con el rito del Lucernario. Otras, tienen carácter votivo, como la del Corpus o las rogativas.

Fue en la Edad Media cuando la piedad popular amplió el número de procesiones votivas que alcanzaron su punto álgido durante la época barroca, tanto para honrar a los santos como para meditar los aspectos de la Pasión. Los riesgos que tienen se refieren a que estas manifestaciones prevalezcan sobre los sacramentos, que quedarían relegados a un segundo plano o a considerar la procesión como el acto culminante de la Liturgia, lo cual puede degenerar en convertir la procesión en mero espectáculo o acto folclórico cultural. Para evitar esa mala interpretación se impone una catequesis adecuada sobre el sentido de las procesiones en un triple sentido:

v teológico, como sentido de pueblo de Dios en marcha, en el camino de la Jerusalén celeste;

v litúrgico, procurando que haya representación eclesiástica en la presidencia y con oraciones al inicio y al terminar, portando velas los asistentes;

v antropológico, poniendo de manifiesto el significado de procesión como camino que se hace juntos, participando en el mismo clima de oración.    

Fuente: (Cf) Curso de Liturgia. (Cf) Pedro Sergio Antonio Donoso Beant

lunes, 22 de abril de 2024

Boletín Parroquial "O Sineiro", n. 645


Podes consultar este Boletín premendo AQUÍ.

 

CURSO DE LITURGIA

 

Lector.  Fuente: Perú Católico

23. MINISTERIOS LAICALES

Los Ministerios Laicales que hoy día pueden instituirse han quedado reducidos a dos: Lectorado y Acolitado. Etimológicamente, la palabra acólito procede del griego y significa compañero, derivada a su vez de la voz camino, en referencia al camino que se recorren en compañía. La figura del acólito está recogida desde tiempos pretéritos en los rituales celebrativos de la Iglesia, no en vano hay documentos del siglo XVI en los cuales se hace ya referencia a su figura, funciones y atuendo.

Mediante el motu proprio Ministeria Quaedam (15-VIII-72), el Papa Pablo VI suprimió el subdiaconado y las cuatro órdenes menores (Ostiariado, Lectorado, Exorcistado y Acolitado), estableciendo en su lugar los ministerios antes citados de Lectorado y Acolitado. Se establece así una frontera clara y diáfana entre ministerios ordenados (que se confieren mediante la imposición de manos) y los demás ministerios, que pueden ser instituidos o simplemente confiados a los laicos, de manera estable u ocasional (caso típico del que sale a leer o decir las preces en una ceremonia concreta).

Centrándonos en los ministerios laicales instituidos diremos que se instituyen en una ceremonia litúrgica que establece a un varón como lector, salmista o al servicio del altar como ayudante del sacerdote, como ministro extraordinario de la Comunión y de la Exposición del Santísimo. Esta institución la hace el obispo o superior de una Orden religiosa, generalmente dentro de la Misa. Al lector se le hace entrega de una Biblia y al acólito de patena con pan y cáliz con vino, simbolizando su función.

Las funciones del Lector son:

v Proclamación de la palabra, excepto el Evangelio.

v Salmista

v Director de canto o coro

v Intencionista en la Oración de los fieles

v Monitor o comentador o guía

v Catequista litúrgico

v Instructor de lectores ocasionales  

Fuente: (Cf) Curso de Liturgia. (Cf) Pedro Sergio Antonio Donoso Beant

miércoles, 17 de abril de 2024

TESTIGOS DE LA RESURRECCIÓN

 

JESÚS RESUCITADO
Fuente: Religión en libertad

Era lógico esperar que nuestro Señor, una vez resucitado, se apareciera al mayor número posible de personas, y sobre todo, a los que lo habían crucificado. Sin embargo, la historia nos muestra que hizo todo lo contrario: se manifestó tan solo a algunos testigos escogidos, y especialmente a sus discípulos más cercanos. Es lo que el mismo san Pedro reconoce cuando declara: “Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que Él había designado: a nosotros, que comimos y bebimos con Él después de su resurrección”.

Esto, a primera vista, nos parece extraño. En efecto, solemos hacernos de la resurrección una idea bien diferente, a representárnosla como una manifestación esplendorosa y visible de la gloria de Cristo … ¿Por qué se presentó tan solo a los testigos que él había designado? Porque era el medio más eficaz de propagar la fe al mundo entero … ¿Cuál hubiera sido el fruto de una manifestación pública que se impone a todos? Este nuevo milagro habría dejado a la muchedumbre tal cual Él la había encontrado, sin ningún cambio eficaz. Sus antiguos milagros no habían convencido a todo el mundo … Cristo se aparece para suscitar testigos de la resurrección, ministros de la Palabra, fundadores de Su Iglesia.

San John Henry Newman

Nace en Londres; convertido del anglicanismo, fue presbítero, cardenal y fundador de una comunidad religiosa (1801- 1890).

Fuente: Magnificat, abril 2024

martes, 16 de abril de 2024

"TANTO AMÓ DIOS AL MUNDO"

 

Fuente: Pequeña Escuela de Oración

“TANTO AMÓ DIOS AL MUNDO.  En el misterio pascual del Señor se pone en evidencia que los pensamientos de Dios no son los del hombre: si la lógica del pecado conduce a la muerte, será la muerte por amor la que conduzca a la vida. Este “tanto” del amor, vivido en la pasión “hasta el extremo”, fue donado para que los hombres lo pudieran compartir en comunión “como” el Padre y el Hijo.

Fuente: Magnificat, abril 2024

lunes, 15 de abril de 2024

CURSO DE LITURGIA

 

Sacristán.  Fuente: El Debate

22. FUNCIONES DEL SACRISTÁN

El sacristán debe conocer los horarios de las misas y dar las campanadas a tiempo: la primera, media hora antes; la segunda, un cuarto de hora; y la última, a la hora de empezar.

Procurará que estén todas las cosas necesarias acomodadas en su sitio, cepilladas, limpias y listas para usarse, en cantidad suficiente (albas, estolas, casulla, cíngulos, etc.)

Si falta algo, lo consigue, o avisa a tiempo para que se prevea (hostias, vino, agua). Sobre todo, tiene aseado el presbiterio y presentables el altar y el ambón.

Se encarga del ambiente agradable: música ambiental, adorno, aseo, luz, ventilación, temperatura, sonido.

Tiene que consultar el calendario litúrgico para ver las características del día (categoría de fiesta, color, tiempo, elementos). Consulta las tablas de precedencias, conoce el calendario y la tabla de fiestas movibles. Prepara las lecturas del día y abre el Leccionario por la página oportuna.

Avisa cuándo hay nuevas vestiduras u objetos para la bendición.

Hace genuflexión hasta tocar con la rodilla el suelo al pasar frente al Santísimo; hace reverencia profunda al altar siempre que pase delante de él.

Procura que haya una lámpara encendida ante el Santísimo. Cerca del Sagrario debe haber un vasito con agua para purificarse los dedos y un purificador.

Conoce si la Misa se aplica por algún difunto y pone el aviso oportuno para el celebrante.

El sacristán no tiene por qué ser sacerdote o religioso consagrado; puede ser laico y estar casado.   

Fuentes: 

(Cf) Curso de Liturgia. (Cf) Pedro Sergio Antonio Donoso Beant

El Debate (https://www.eldebate.com/religion/iglesia/20230127/queacristan_89259.html, 7.4.2024) 

 

domingo, 14 de abril de 2024

Tercer domingo de Pascua

 

Fuente: Párroco José Luis

¡Soy yo en persona! Tocadme

¿Cómo es que el cuerpo del Señor, después de resucitado, siguió siendo un cuerpo verdadero cuando pudo entrar donde estaban los discípulos a pesar de estar cerradas las puertas? … Porque este cuerpo del Señor que iba al encuentro de los discípulos a pesar de estar cerradas las puertas es el mismo que, por su natividad, se hizo visible a los hombres cuando salió del seno también cerrado de la Virgen. No debemos extrañarnos de que nuestro Redentor, después de resucitar para vivir para siempre, entrara a pesar de estar cerradas las puertas, puesto que, habiendo venido a este mundo para morir, salió del seno de la Virgen sin abrirlo…

Ahora bien, lo que se toca necesariamente se corrompe y lo que no se corrompe no puede ser tocado. Pero de una manera maravillosa e incomprensible, nuestro Redentor nos hizo el don de ver, después de su resurrección, un cuerpo incorruptible y, al mismo tiempo, palpable. Mostrándolo incorruptible, nos invitaba a la recompensa; dejándonoslo a tocar, nos confirmaba en la fe. Así pues, se hizo ver al mismo tiempo incorruptible y palpable, para mejor manifestar que después de su resurrección su cuerpo seguía siendo de la misma naturaleza, pero que estaba elevado a una gloria del todo diferente.  

San Gregorio Magno

Nació en Roma; prefecto de su ciudad y después monje, fue Papa desde el año 590. Es doctor de la Iglesia (540-604)

Fuente: Magnificat, abril 2024

sábado, 13 de abril de 2024

ORAR CON EL ROSARIO


Nuestra Señora del Rosario Coronada, patrona de Cádiz
Fuente: OndaPasion.com


SUGERENCIAS DE SAN JUAN PABLO II PARA ORAR CON EL ROSARIO

Juan Pablo II, en su Carta Apostólica “El Rosario de la virgen María”, nos invita a fijar nuestra atención en estos puntos:

Ø INICIO

Conviene, después de hacer la señal de la Cruz, iniciar el rezo del Rosario con alguna oración, jaculatoria o salmo que “disponga el ánimo para la contemplación”. Sugeriremos a modo de ejemplo algunas oraciones extraídas de la liturgia que nos pueden ayudar a entrar en la temática de los distintos misterios de cada día. Nos sirven para rescatar así esos pasajes que, quizás a veces, nos pasan desapercibidos, y que contienen una gran riqueza.

Ø ENUNCIAR LOS MISTERIOS QUE VAMOS A CONTEMPLAR

“Es como abrir un escenario en el cual concentrar la atención. Las palabras conducen la imaginación y el espíritu a aquel determinado episodio de la vida de Cristo”.

Ø EVANGELIO

Leer el pasaje del Evangelio correspondiente al misterio enunciado.

“La palabra de Dios debe ser escuchada con la certeza de que es pronunciada por Dios para hoy y para mí”.

Ø UN MOMENTO DE SILENCIO

Hacer un momento de silencio después de escuchar el pasaje evangélico, para realizar una pequeña reflexión.

“La escucha y la meditación alimentan el silencio. Es conveniente esperar unos momentos antes de iniciar la oración vocal para fijar la atención sobre el misterio meditado”.

Ø ENTENDER

Entender el sentido del rezo de las oraciones vocales.

En el Padrenuestro “Jesús nos lleva siempre al Padre, al cual se dirige continuamente, porque descansa en su seno. Él nos quiere introducir en la intimidad del Padre para que digamos con Él: Abba, Pater”.

Las diez Avemarías “…nos acercan a la complacencia de Dios: es júbilo, asombro, reconocimiento del milagro más grande de la historia. Es el cumplimiento de la profecía de María: desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada”.

Rezando el Gloria descubrimos que “Cristo es el camino que nos conduce al Padre en el Espíritu. Si recorremos este camino hasta el final nos encontramos continuamente ante el misterio de las tres personas divinas que se han de adorar, alabar y agradecer”.

Ø FINAL DE CADA MISTERIO

Terminar cada misterio rezando una oración, salmo o jaculatoria, que podemos variar según nos dicte el tiempo litúrgico o nuestra devoción personal. Sugeriremos algunas a modo de ejemplo.

“Parece oportuno señalar que la contemplación de los misterios puede expresar mejor toda su fecundidad, si se procura que cada misterio concluya con una oración dirigida a alcanzar los frutos específicos de la meditación del misterio llegando, de este modo, a imitar lo que contienen y a conseguir lo que prometen”.

Ø REZAR LAS LETANÍAS

Finalmente, “¿cómo asombrarnos si al final de esta oración, en la cual se ha experimentado íntimamente la maternidad de María, el espíritu siente necesidad de dedicar una alabanza a la Santísima Virgen, bien con la espléndida oración de la Salve, bien con las letanías lauretanas?

Ø ENCOMENDAR

Encomendar en el Rosario las intenciones del Papa, de la Iglesia Universal y local, la paz del mundo, la unión de las familias, y tantas otras intenciones que podemos poner en manos de María

En el Rosario contemplamos escenas, gestos de Jesús, imágenes de su vida. Eso nos llena de afectos y buenos deseos. Es hora de ordenarlos y guardarlos en nuestro corazón, como hacía la Virgen. Ponderarlos y convertirlos en propósitos concretos, pidiendo ayuda al Señor para ponerlos por obra.

Y si alguna palabra o frase del Evangelio nos toca el corazón, podemos “llevarla” a casa y nos ayudará a tener presencia de Dios durante el resto del día.

Fuente: Orar con el Rosario. Cristina González Alba. Bilbao, 2005

lunes, 8 de abril de 2024

CURSO DE LITURGIA

Fuente: Delegación Diocesana de Catequesis

 

29. EL TIEMPO PASCUAL

Con el domingo de Pascua, domingo sobre el que gira todo el año litúrgico del cual es su raíz, se comienza uno de los tiempos litúrgicos fuertes: el tiempo pascual, cuya característica es la alegría. Abarca los cincuenta días posteriores a Pascua de Resurrección (cincuentena pascual), incluyendo el domingo pascual, y se distinguen tres periodos:

 v OCTAVA DE PASCUA. Son los ocho días posteriores y deben considerarse como un sólo día festivo. Termina en las Vísperas del II Domingo de Pascua, también llamado domingo “in albis” porque era cuando los catecúmenos que se habían bautizado la Vigilia pascual, deponían las vestiduras blancas que habían llevado toda la octava. 

v   TIEMPO PASCUAL HASTA LA ASCENSIÓN.

v TIEMPO PASCUAL DESPUÉS DE LA ASCENSIÓN.

En este tiempo celebramos:

-      La Ascensión del Señor. A los cuarenta días de Pascua, hoy pasada al domingo VII de Pascua.

-   Pentecostés: Se celebra a los cincuenta días de Pascua, en el domingo VIII después de Resurrección. Su octava ha sido suprimida. Es el colofón del ciclo pascual, no una nueva Pascua.

Los judíos ya celebraban la fiesta de la cincuentena para conmemorar la Alianza de Dios con su pueblo en el Sinaí. La Iglesia, en el Concilio de Nicea reunido el año 325, dispuso que la Pascua se celebrase el domingo que hubiese tras el primer plenilunio del equinoccio de primavera o, dicho de otra manera, el domingo que sigue a la primera luna llena que haya después del 22 de marzo. Por este motivo, la Pascua de Resurrección (la Pascua Florida, que es como se la llama en España), es fiesta variable, pues depende de la luna y necesariamente deberá oscilar entre el 22 de marzo y el 25 de abril. En cierto modo, se puede decir que así se unen los dos calendarios: el lunar (de tradición hebrea) y el solar. 

En la cincuentena pascual, que debe considerarse como una única solemnidad, siempre debe haber signos festivos en el altar y en la iglesia (flores, luces, música). El cirio pascual debe encenderse a diario para subrayar la unidad de la cincuentena pascual y vuelve el Gloria. Duratne este periodo de la cincuentena, en las lecturas se omiten las del Antiguo Testamento, para dar a entender que estamos en un tiempo nuevo, leyéndose los Hechos de los Apóstoles, el Apocalipsis, las Cartas de san Juan y san Pedro. En las evangélicas, se lee el de san Juan y las apariciones del Resucitado, según el evangelista del año.

La cincuentena pascual es el tiempo fuerte por excelencia del año litúrgico y la alegría debe ser la nota dominante. Es tiempo de frecuentar los sacramentos y de llevar la Eucaristía procesionalmente a los enfermos. El Código de Derecho Canónico obliga a comulgar al menos una vez al año y este precepto debe cumplirse en tiempo pascual, salvo que por causa justa, se haga en otro tiempo (CDC 920). También es precepto confesar los pecados graves al menos una vez al año, aunque no necesariamente en tiempo pascual. Las vestiduras de los ministros son blancas.

Fuente: (Cf) Curso de Liturgia. (Cf) Pedro Sergio Antonio Donoso Brant


lunes, 1 de abril de 2024

Boletín Parroquial "O Sineiro ", n. 644

 


Pódese consultar este Boletín pretendo AQUÍ.

OCTAVA DE PASCUA

Fuente: Diario El Mundo
 

Hace mucho tiempo que la Iglesia se dio cuenta de que necesitamos algo más que un día para contemplar los sublimes misterios celebrados en las principales fiestas de nuestra fe, misterios como el Nacimiento Virginal y la tumba vacía. Debemos tener tiempo para reflexionar y experimentar en nuestro corazón lo que Dios está revelando en estos días santos.

Como resultado, hace siglos la Iglesia comenzó la costumbre de prolongar la celebración de ciertas fiestas importantes a lo largo de ocho días. La fiesta en sí es el primer día de la octava, y el octavo día se llama día de la octava. Así, el término octava puede referirse tanto al octavo día únicamente como a todo el período de ocho días en su conjunto. 

Así, el Domingo de Resurrección comienza el tiempo pascual y, según algunos autores, la Octava de Pascua es la primera semana de la Cincuentena, que se considera como si fuera un solo día, es decir, el júbilo del Domingo de Pascua se prolonga ocho días seguidos. ese es el motivo por el que, a diferencia de la Octava de Navidad que a día de hoy también celebra la Iglesia, los siete días previos no incluyen otras conmemoraciones ni días festivos; toda nuestra atención está centrada en el Señor resucitado. De hecho, cada uno de los días dentro de la Octava de Pascua es en sí mismo una solemnidad, una “mini-Pascua”.

Durante los días de la Octava de Pascua, las lecturas de la Misa nos cuentan la hermosa historia de la Resurrección para que podamos reflexionar sobre la realidad de que el Calvario no fue el final. Cada uno de nosotros puede identificarse con la tristeza, la confusión y la posterior alegría de los discípulos.

El octavo y último día de la Octava de Pascua fue durante siglos llamado "Domingo Bajo" para contrastarlo con la maravilla del Domingo de Pascua. Sin embargo, en abril de 2000, el Papa Juan Pablo II designó el Domingo Bajo como Domingo de la Divina Misericordia, en respuesta a las revelaciones privadas recibidas por Santa Faustina Kowalska (1905-1938).

Autor: DD Emmons.

FUENTES:

https://www.simplycatholic.com/why-celebrate-octaves/ (30.3.2024)

https://www.aciprensa.com/recurso/2922/octava-de-pascua (30.3.2024)

 

 


domingo, 31 de marzo de 2024

DOMINGO DE RESURRECCIÓN: CIMA DEL AÑO LITÚRGICO

La tumba está vacía. JESÚS ESTÁ VIVO
Fuente: La vida de Jesús, JW.ORG 
 

Este año, en la Vigilia Pascual escuchamos el relato de san Marcos, que habla de las mujeres que acuden de madrugada para embalsamar el cuerpo de Jesús. Primero les sobreviene la sorpresa de encontrar la tumba abierta; luego, al entrar en el sepulcro y ver a un joven vestido de blanco, “quedaron aterradas” y salieron huyendo, “pues estaban temblando y fuera de sí” y, “del miedo que tenían”, no dijeron nada a nadie. 

El ángel del sepulcro
Fuente: PINTEREST

Es un texto sorprendente porque, aunque proclama la resurrección de Jesús, en ningún momento se hace referencia a la alegría; únicamente vemos pavor y desconcierto. Sólo después, como nos narran otros evangelios, cuando se encontraron personalmente con Jesús resucitado, es cuando empezaron a entender qué significaba “la resurrección” y a experimentar la alegría.

Los diferentes relatos de las apariciones de Jesús a sus discípulos muestran ese proceso en que la estupefacción, e incluso la duda y el miedo, se entremezclan con la alegría.

En otros momentos se nos dice que los discípulos no entendían lo que habían anunciado las Escrituras y que Jesús les descubrió su sentido. El que ha resucitado es el mismo que se hizo hombre para nuestra salvación y que se ofreció en la cruz por nosotros: no podemos separar su resurrección de su vida terrena ni de su muerte. Se hizo hombre para ser camino para nosotros. Ahora sabemos que, pasar por el Calvario nos conduce hacia Dios y que, para seguirlo, hemos de penetrarnos de lo que nos enseña en los evangelios e intentar vivirlo.

Permaneciendo fieles, aquellas mujeres pasaron del pasmo a la alegría más profunda. Del mismo modo, que también nosotros podamos experimentar la alegría de descubrir el poder de Dios; la alegría de conocer que, por Él, podemos vivir liberados del pecado y así, entrar en la profundidad de su Amor. 

Nunca olvidemos que Jesús ha resucitado y sigue siempre cerca de nosotros.

(Cf) P. David Amado Fernández

Fuente: Magnificat. Semana Santa 2024