Catequesis del Papa, 20 de diciembre de 2017
Ritos introductorios
El Papa comenzó diciendo que la Misa está formada de dos partes, que son la Liturgia de la Palabra y la Liturgia eucarística, tan
estrechamente unidas entre ellas que forman un único acto de culto. Luego
indicó que iría explicando poco a poco las distintas partes de la Misa dado que
se hace necesario conocer estos santos signos para vivir plenamente la misa y saborear toda su belleza.
Cuando el pueblo está reunido, la celebración se abre
con los ritos introductorios, la entrada del celebrante, el saludo — «El Señor esté con
vosotros», el acto penitencial — «Yo
confieso», donde nosotros pedimos perdón por nuestros pecados—, el Kyrie eleison, el himno del Gloria y
la oración colecta: se llama «oración colecta» porque recoge las
intenciones de oración de todos los pueblos. Su fin —de estos ritos
introductorios— es hacer «que los fieles reunidos en la unidad construyan la
comunión y se dispongan debidamente a escuchar la Palabra de Dios y a celebrar
dignamente la Eucaristía». La misa empieza con la señal de la cruz, con estos
ritos introductorios, porque allí empezamos a adorar a Dios como comunidad. Y
por esto es importante prever no llegar tarde.
Cuando el sacerdote
llega al altar lo saluda con una reverencia y, en signo de veneración, lo besa y, cuando hay incienso, lo inciensa. ¿Por qué?
Porque el altar es Cristo. Cuando nosotros miramos al altar, miramos donde está
Cristo. Estos gestos son muy
significativos, porque expresan desde el principio que la misa es un encuentro
de amor con Cristo. Toda la comunidad celebra así mirando a Cristo.
Después está el signo
de la cruz. El sacerdote que
preside lo hace sobre sí y hacen lo mismo todos los miembros de la asamblea. Luego
el Papa dedicó unos minutos a explicar la importancia
de que todos hagamos bien la señal de la Cruz y a que muy especialmente se
le enseñe a los niños a hacerla dado que es como tener la protección de la cruz
misma de Jesús.
El sacerdote saluda luego diciendo: «El Señor esté con
vosotros» u otro parecido —hay varios—, y la asamblea responde: «Y con tu
espíritu».
Luego quien preside invita a todos a reconocer los
propios pecados. Todos somos pecadores. El Papa terminó indicando que sobre
este punto volvería en la próxima catequesis e hizo una petición última: ¡enseñad bien a los niños a hacer la señal
de la cruz, ¡por favor!