martes, 29 de abril de 2025

¿QUIÉN ESCRIBIÓ LA BIBLIA? (Parte II)

 


La inspiración de San Mateo, de Caravaggio.  
Fuente: Historia Arte. 

Inspirada por Dios

“Toda Escritura es inspirada por Dios y, además, útil para enseñar, para argüir, para corregir, para educar en la justicia” (2 Tim 3,16). Pero ¿qué queremos decir cuando decimos que estos escritos fueron “inspirados por Dios”?

El texto griego de 2 Timoteo dice que toda la Escritura es soplada por Dios. Así que la inspiración significa más que simplemente la ayuda, aprobación o acuerdo de Dios. Significa la autoridad de Dios, su autoría.

La tradición católica habla de la doble autoría de la Biblia. Dios es el autor principal y los escritores humanos son autores instrumentales. La autoridad de Dios se extiende incluso a las palabras elegidas por los autores humanos. Esos autores escribieron solo lo que Dios quería que escribieran, y todo lo que Él quería. Pusieron por escrito la Palabra de Dios, con las palabras de Dios y usando su propia libertad.

Este es un gran misterio. Tan grande, de hecho, que la Iglesia compara la inspiración de la Escritura con la Encarnación del Hijo de Dios. En ambos casos, Dios actúa como un verdadero Padre que se inclina para encontrarse con sus hijos.

A través de la Encarnación, la Palabra eterna se hizo carne para compartir nuestra vida. A través de la Inspiración, Dios adaptó su palabra eterna al lenguaje humano.


El profeta Jeremías dictando sus profecías a Baruc, de Gustavo Doré.
Fuente: MeisterDruke

Tanto la Palabra encarnada como la Palabra inspirada son completamente divinas y completamente humanas. En ambas, lo humano y lo divino son inseparables. En ambas, lo humano es el instrumento para comunicar lo divino.

Tanto la Inspiración como la Encarnación son misterios divinamente revelados, conocidos solo por la fe, e incognoscibles por medios humanos. El papa Pío XII dijo: “Así como la Palabra sustancial de Dios se hizo como los hombres en todas las cosas, excepto en el pecado, así las palabras de Dios, expresadas en lenguaje humano, se hacen como el discurso humano en todos los aspectos, excepto en el error”.

La Escritura es, de hecho, infalible. Un papa anterior, León XIII, explicó que la infalibilidad es una consecuencia lógica de la autoría de Dios. La inspiración, dijo, “es esencialmente incompatible con el error”.

Aun así, “sin error” no describe adecuadamente la autoridad de la Biblia. Otros libros pueden estar libres de errores (por ejemplo, un libro de matemáticas bien editado), pero ningún otro libro tiene a Dios como su autor y, por lo tanto, ningún otro texto transmite el poder salvador de Dios tan puramente. Jesús mismo nos dice:Las palabras que os he dicho son espíritu y vida” (Jn 6,63). La Escritura es como un sacramento en la forma en que transmite perfectamente la Palabra de Dios para nuestra salvación.

   Fuente:  (cfr. Breve guía para leer la Biblia, de Scott Hahn. Madrid, 2024)

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