jueves, 21 de septiembre de 2023
miércoles, 20 de septiembre de 2023
martes, 19 de septiembre de 2023
CURSO DE LITURGIA
16. EL ALTAR. BREVE DETALLE HISTÓRICO SOBRE LA EVOLUCIÓN DEL ALTAR CRISTIANO.
Desde la paz constantiniana (a partir
del siglo IV) se construyeron altares de mayores dimensiones que los movibles, de
forma rectangular y se situaron en medio del ábside o presbiterio de las
basílicas; hasta el s. VII normalmente se situaban sobre algún sepulcro de
mártir hasta el siglo VII y, a partir de entonces, sólo se guardaban algunas
reliquias de mártires en pequeños estuches. En ocasiones se aprovechaban las
mismas aras que pertenecieron a los gentiles, según lo demuestran algunos
ejemplares que hoy existen.
Durante la Edad Media el altar continuó
con las mismas formas (prismática, imitando un sepulcro, como mesa).
La liturgia católica permite
celebrar Misas en cada una de las capillas de una iglesia, cada una con su
propio altar, por lo que el principal recibe el nombre de altar mayor, que se
sitúa en el ábside principal o cabecera y en posición aislada. Sin
embargo, al adoptarse los retablos en la época románica y, sobre
todo, al tomar éstos gran desarrollo en los siglos XIV y siguientes.
En el s. XVI se modifica por la presencia permanente del sagrario sobre
el altar, y por la incorporación de una grada entre el retablo y la mesa donde
se colocaba la cruz y los candelabros, dejando de estar el altar accesible por
todos los lados.
Hoy, la Instrucción General el Misal Romano indica que debe de construirse
“el altar separado de la pared, de modo que se le pueda rodear fácilmente y la
celebración se pueda realizar de cara al pueblo”. Lo que parece indicar es que
debe de poderse celebrar la Misa “cara al pueblo”, pero no obliga a que así
sea. Más bien, parece sugerir que la construcción del altar debe de permitir
que se celebre “cara al pueblo” o “cara a Dios”.
Fuentes:
https://liturgiapapal.org/index.php/manual-de-liturgia/ornato-iglesias/198-el-altar.html
(30.5.2023)
https://es.wikipedia.org/wiki/Altar
(30.5.2023)
lunes, 18 de septiembre de 2023
CURSO DE LITURGIA
16. EL ALTAR (I)
Altar románico. Fuente: Palenciaturismo
El
altar cristiano es elemento más importante en la iglesia y el más relevante del
presbiterio. De la misma forma que el Santo sacrificio de la Misa es el centro
y cima de la liturgia, así lo es el lugar donde se ofrece ese sacrificio: el
altar. Así como la Eucaristía es el corazón del Cuerpo místico, el altar lo es
de la iglesia material.
En este sentido, hay que recordar la definición de altar (del latín altare, de altus, "elevación") como la de una estructura consagrada al culto religioso, sobre el cual se hacen ofrendas o sacrificios. En algunas civilizaciones antiguas, para designar un altar de piedra, se utilizaba el término ara (plural, aras). La más conocida de ellas es el Ara Pacis de la Roma Imperial.
Ya
desde el antiguo Testamento se construían altares para los sacrificios a Yahvé;
el cristianismo primitivo los adoptó para la celebración de la santa Misa;
hasta el siglo III debieron utilizarse como altar mesas de madera más o menos
trabajada (aunque no exclusivamente) que se podían desplazar para los oficios;
llegado dicho siglo, si no antes y sin abandonar del todo los usos originales,
se constituyeron los arcosolios o sepulcros de mártires insignes cuya tapa
servía de mesa, que se situaba bajo un arco o bovedilla en un nicho decorado.
Es
a partir del siglo IV cuando los altares empiezan a colocarse en
el ábside del
templo y en el s. VI se impone definitivamente la piedra, pues simboliza a
Cristo como roca viva; esta sustitución obligó a la modificación de varios
presbiterios en algunas basílicas. Hacia el siglo XII el altar permanece
inamovible. El altar es el corazón del templo: representa a Cristo, es la mesa
de su sacrificio y también, del banquete celestial para quienes caminamos hacia
la eternidad; por eso se lo besa y se inciensa.
Conviene
que en todas las iglesias exista un altar fijo y que sea de piedra natural,
porque así se significa más claramente a Cristo, que es la “Piedra viva”,
tradición que se remonta al menos hasta el siglo IV.
En
ocasiones, la Misa puede celebrarse fuera de un lugar sagrado, pero nunca sin
un altar o, al menos, una piedra que sirva como tal.
Los
altares móviles sólo se bendicen; los fijos, que se construyen unidos al suelo,
se dedican por el obispo quien, en el momento de dedicarlos vierte el Crisma
sobre ellos. Antes era obligatorio colocar dentro del altar la reliquia de un
santo o mártir, pero ahora es potestativo.
Durante
la celebración eucarística, el centro del altar lo utiliza exclusivamente el
presbítero (obispo o sacerdote), porque es ahí donde se realiza el memorial de
Cristo, la Eucaristía; por eso nunca debe situarse ni el diácono, ni el acólito,
ni el laico.
El
altar es, simultáneamente, el ara donde se realiza sacramentalmente el único
sacrificio de Cristo en la cruz, y la Mesa del Señor en torno a la cual se
congrega el Pueblo de Dios para recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo. El
altar es, pues, ara y mesa a la vez, centro de nuestra celebración,
punto de referencia y principio de unidad, pues es el centro de toda la
liturgia eucarística.
Fuentes: (Cf) Curso de Liturgia.
(Cf) Pedro Sergio Antonio Donoso Beant
https://es.wikipedia.org/wiki/Altar
(30.5.2023)
domingo, 17 de septiembre de 2023
HIMNO
Gracias, Dios mío, por tu invitación
a celebrar la Misa más grandiosa
del cielo y de la tierra.
El mar nos ofrecía su
mantel
con el bordado encaje de
sus playas.
Las montañas, los bosques
y los prados,
sus flores y floreros.
El sol y las estrellas y la luna,
los cirios encendidos de su
Pascua.
El canto de los pájaros y
el son
de los ríos, su coro más
grandioso.
Y las nubes, su incienso en
la gloriosa
bóveda de los cielos,
bendecida
por la aspersión preciosa
de una lluvia
canonizada por el arco iris.
Y tú, Señor, el Pan
partido y repartido y
compartido.
Tu mesa relucía en la
llanura
inmensa de la Historia,
conducida
por tu Padre en el ritmo del Espíritu. Amén
RAFAEL ALFARO
Fuente: Magnificat, septiembre 2023
sábado, 16 de septiembre de 2023
EL HOMBRE BUENO SACA BIEN DEL TESORO DE BONDAD QUE TIENE EN SU CORAZÓN
El que ha alcanzado el amor soporta sin turbarse
cosas que
afligen y apenan,
suscitadas por
los enemigos.
Sólo el amor
une la creación a Dios
y a los seres
entre sí en concordia.
Posee amor
verdadero el que no desconfía
ni admite
palabras dichas contra el prójimo.
Es honorado por
Dios y los hombres
el que no
comienza nada que pueda destruir al amor.
Lo propio del
amor sincero es una palabra verdadera
que viene de
una buena conciencia.
El que reporta
a un hermano los reproches de otro
esconde celos
bajo la apariencia de bondad.
Cuídate de la
intemperancia y del odio
y no encontrarás
obstáculos en la oración.
El que no envidia
a los buenos
y tiene piedad
de los malos
porta en sí
mismo amor para todos.
No confíes en el
pensamiento que juzga al prójimo,
ya que saca
cosas malas del tesoro de su maldad.
TALASIO LÍBICO Y AFRICANO
Hegúmeno en libia (siglo VIII)
Fuente: Magnificat, septiembre 2023
Nota: un hegúmeno es un laico
o clérigo monástico que ha sido elegido como líder por la comunidad del
monasterio.
viernes, 15 de septiembre de 2023
MARÍA, SOSTÉN PARA LLEVAR NUESTRA CRUZ
La devoción mariana
es un camino sencillo para llegar a la unión con nuestro Señor, perfección del
cristiano. Es un camino que Jesucristo ha abierto viniendo a nosotros y en el
que no hay obstáculos para llegar a Él. Se puede llegar a la unión divina por otros
caminos, pero habrá más cruces, muertes extrañas y más dificultades, que
venceremos difícilmente. Habrá que pasar por noches oscuras, combates y agonías
extrañas, por montañas escarpadas, por espinas agudas y terribles desiertos.
Pero por el camino
de María, se pasa más suave y tranquilamente. En realidad, se dan grandes
combates y grandes dificultades para vencer. Pero esta buena Madre y Maestra se
hace cercana y presente a sus fieles servidores para iluminar sus tinieblas,
aclarar sus dudas, tranquilizarlos en sus temores, sostenerlos en sus combates
y dificultades. En realidad, ese camino virginal para encontrar a Jesucristo se
convierte en un camino de rosas y miel, comparado con otros caminos.
SAN LUIS MARÍA
GRIGNION DE MONTFORT
Teólogo, sacerdote
misionero y escritor francés.
Su pensamiento teológico
ha influido en el desarrollo de la doctrina mariológica contemporánea
(1673-1716)
Fuente:
Magnificat, Septiembre 2023
miércoles, 13 de septiembre de 2023
viernes, 8 de septiembre de 2023
miércoles, 6 de septiembre de 2023
EL SAGRARIO EN LA IGLESIA PRIMITIVA
En la iglesia
primitiva, el Santísimo se reservaba en un armario de la sacristía. Con el
tiempo, se empezó a reservar dentro de las columbas eucarísticas, unas palomas
metálicas huecas por dentro que colgaban por una cadena del techo de la
iglesia, sobre el altar. Por último, se empezó a reservar en unas arcas
colocadas sobre el altar o añadidas al retablo.
En muchas iglesias se colocaba en el altar mayor. Sin embargo, en las catedrales y en las iglesias monásticas se colocaba en el altar de una capilla lateral especial, la capilla del Santísimo. Esto era para poder darle un culto especial, y para poder sacar alguna forma para dar la comunión sin obstaculizar las celebraciones solemnes que se llevaban en el altar mayor.
Fuente: https://liturgiapapal.org/index.php/manual-de-liturgia/ornato-iglesias/433-el-sagrario.html
(30.5.2023)
sábado, 2 de septiembre de 2023
viernes, 1 de septiembre de 2023
miércoles, 30 de agosto de 2023
martes, 29 de agosto de 2023
Inscripción Catequesis curso 2023-2024
CURSO DE LITURGIA
15. LOS LUGARES DE LA CELEBRACIÓN (II)
v TORRES
Y CAMPANARIOS. Indican la presencia de Dios en ese lugar. Los campanarios
rematan, la mayoría de las veces, con una cruz, veleta o gallo. La cruz
proclama el signo de Cristo; la veleta recuerda los vaivenes de la fama y lo
efímero de la vida, y el gallo es símbolo de la vigilancia.
En este apartado cabe mencionar la ESPADAÑA, “campanario de una sola pared, en la que están abiertos los huecos para colocar campanas.”
Imagen de una espadaña singular es la de la colegiata románica de San Salvador de Cantamuda (Palencia):
v CRIPTA.
Los primeros cristianos la usaban como sepulcro para sus santos mártires en las
catacumbas (galerías subterráneas) y para sitio de reunión en el día del
aniversario de su martirio. Con el tiempo, cada cripta sepulcral se convirtió
en una pequeña “capilla-relicario” sobre la que se erigieron luego otras
iglesias superiores, haciendo coincidir los altares de ambas.
v LA
SACRISTÍA. Aunque estrictamente no forma parte de los lugares de celebración,
tiene un papel importante en la preparación del culto y en su digna realización.
Es la sala donde normalmente se revisten y preparan los ministros antes de
salir a la celebración. Es también el lugar donde se guardan los objetos,
vestidos y utensilios litúrgicos.
v EL
CONFESIONARIO (Sede Penitencial). Es el lugar donde se celebra el sacramento de
la Penitencia y de la Reconciliación. Toma el nombre del aspecto más
característico del mismo, la confesión de los pecados ante el sacerdote. Los
confesionarios se encuentran cerca de la nave, una sede (asiento), normalmente
de madera para oír confesiones, en un lugar patente y provisto de rejillas
entre el penitente y el confesor que pueden utilizar libremente los fieles que
así lo deseen.
v EL
PRESBITERIO (del latín presbyterium, "consejo de ancianos") es el espacio en torno al altar, un poco elevado y distinto de la
nave. Es un espacio particularmente digno y significativo. Hasta el Concilio Vaticano II estuvo reservado al clero. El presbiterio debe
quedar bien diferenciado respecto a la nave del templo, sea por su diversa
elevación, sea por una estructura y ornato peculiar. En el presbiterio existen
tres elementos: el más importante es el altar (lugar del sacrificio eucarístico); también están la sede (lugar de
presidencia) y el ambón (lugar de la proclamación de la Palabra de Dios).
v EL
ALTAR. Es el elemento más relevante en el edificio de la iglesia. Es el centro
de nuestra celebración; a veces, la Misa puede celebrarse fuera de un lugar
sagrado, pero nunca sin un altar o, al menos, una piedra que sirva como tal. El
altar es signo de Cristo y, por tanto, merece toda nuestra veneración: los
ministros lo besan, lo inciensan, se inclinan ante él, se ilumina. El altar es,
simultáneamente, el ara donde se realiza sacramentalmente el único sacrificio
de Cristo en la cruz, la Mesa del Señor -dispuesta con blancos manteles- en
torno a la cual se congrega el único Pueblo de Dios para recibir el alimento:
el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Más adelante veremos más características del altar.
v EL AMBÓN. Es un pupitre elevado o púlpito desde el cual en las iglesias antiguas y basílicas se cantaban o leían el Evangelio y la Epístola, y desde el cual se hacían toda clase de comunicaciones a la congregación. Se cree que tuvieron su origen en la plataforma elevada desde la que los rabinos judíos leían las Escrituras al pueblo. Según algunos autores, se introdujeron en las iglesias en el siglo IV y cayeron en desuso hasta el siglo XIV, cuando fueron superados por los púlpitos.
Está situado en el lugar litúrgico
para la proclamación de la Palabra de Dios. La palabra latina “ambo” proviene
del griego “anabaino”, subir, y designaba un sitio elevado, la tribuna, con
barandilla y atril, cerca de la nave.
v LA
SEDE. Es el asiento reservado para el que preside la asamblea litúrgica, modera
la oración y exhorta a la comunidad de los fieles reunida para la celebración
eucarística. La sede es signo de la presencia de Cristo que, a través de su
ministro, preside a su Iglesia. La sede del obispo recibe el nombre de Cátedra.
v EL SAGRARIO O TABERNÁCULO. El sagrario (lugar donde se guarda lo sagrado) o el tabernáculo (tienda de campaña; de ahí la fiesta de los Tabernáculos o tienda del encuentro), es el lugar donde se conserva la Eucaristía después de la celebración para que pueda ser llevada a los enfermos o puedan comulgar fuera de la Misa los que no han podido participar en ella. Ahora, la verdadera “tienda” o “tabernáculo” es Cristo mismo. La lámpara que luce junto al sagrario indica y honra la presencia de Cristo.
Fuente: (Cf) Curso de Liturgia.
(Cf) Pedro Sergio Antonio Donoso Beant
lunes, 28 de agosto de 2023
Cada 28
de agosto, la Iglesia Católica celebra a San Agustín de
Hipona, el célebre obispo de la antigüedad que encaminó a la
filosofía y la teología por la ruta de la cooperación, de tal manera que
quedaron sentadas las bases de la doctrina cristiana, como depositaria de la
verdad -aquella que inquieta el corazón del ser humano y que se plenifica en el
encuentro con lo divino-.
Poseedor de una fineza espiritual y una profundidad intelectual
extraordinarias, Agustín de Hipona no solo ha dejado una huella indeleble en la
tradición eclesiástica latina, sino que su pensamiento ha producido un impacto
decisivo para la ciencia occidental.
En San Agustín toda alma que busca la verdad encuentra un amigo
seguro y fiable. Por eso es el patrono de "los que buscan a Dios".
A San Agustín se le cuenta entre los Padres de la Iglesia, y
forma parte también de la lista de los Doctores de la Iglesia. Fue un brillante
orador, filósofo y teólogo, autor de célebres textos entre los que se
encuentran las "Confesiones" y "La ciudad de Dios". Sirvió
a la Iglesia como sacerdote y obispo.
Fuente: Aciprensa
lunes, 21 de agosto de 2023
CURSO DE LITURGIA
15. LOS LUGARES DE LA CELEBRACIÓN (I)
Para
la celebración litúrgica hay unos espacios especialmente significativos. Se
entiende por “espacio celebrativo” los lugares donde se desarrollan las
acciones litúrgicas. Estos espacios litúrgicos que alberga toda iglesia, son:
v EL BAPTISTERIO. Se trata del lugar destinado a la celebración del bautismo y en el que se encuentra la fuente o pila bautismal. En los templos, el baptisterio está cerca de la puerta principal y esto tiene un significado: nos recuerda que el bautismo es la puerta de entrada en la Iglesia y, con ello, a la vida de los hijos de Dios. El ritual del bautismo lo describe así: “El baptisterio -es decir, el lugar donde brota el agua de la fuente bautismal o, simplemente, donde está colocada permanentemente la pila- debe ser reservado al sacramento del Bautismo y ser verdaderamente digno, de manera que aparezca con claridad que allí los cristianos renacen del agua y del Espíritu Santo”.
v LA NAVE. El nombre deriva del latín navis (barco), posiblemente en referencia a la “barca de San Pedro”, o al Arca de Noé. La norma sigue la Basílica de Roma, con un área central y pasillos o galerías que apoyan las paredes superiores -atravesadas por ventanas- y el techo. Coloquialmente, la nave es el término que se usa para indicar la porción de la iglesia reservada a los fieles; es la parte central del templo, destinada a la asamblea que celebra la liturgia bajo la presidencia del ministro que representa a Cristo. No hay manifestación más transparente de la Iglesia que esta: la reunión de los bautizados para la celebración de la Misa.
Este espacio va desde la puerta de
entrada hasta el espacio del presbiterio; la separación de estos dos espacios
siempre ha sido muy clara. Durante la
Edad Media el gran desarrollo de la predicación requirió de un gran espacio
para la congregación, lo que hizo aumentar la proporción de la nave, hasta ser
capaz de acoger multitudes. Este gran espacio es signo de una comunidad amplia,
abierta, que tiene su fundamento no en sí misma, sino en Cristo muerto y
resucitado.
v LAS CAPILLAS. Del latín capella. Cuando San Marín dividió su capa militar (cappa) y le dio la mitad al mendigo en la puerta de Amiens, envolvió la otra mitad alrededor de sus hombres, convirtiéndola así en una capa (capella). Esta capa -o su representante- se conservó posteriormente como reliquia y acompaño a los reyes francos en sus guerras, pasando a ser conocida la tienda que la albergaba como cappella o capella. Los capellanes (capellani) militares celebraban la Misa en esta tienda de campaña. Cuando la reliquia descansaba en palacio, también le dio su nombre al oratorio donde se guardaba, y posteriormente se llamó capella, chapelle, capilla, a cualquier oratorio donde se celebraba la Misa y el servicio divino. Esta explicación etimológica es de Marculfo (siglo VII).
Hay muchos tipos de capillas, según su conexión con (o dependencia de) otros edificios, o según los usos a los que se destinaron; así, hay capillas que estructuralmente forman parte de una iglesia más grande, las que están incluidas en edificios que no son iglesias, y las que están completamente aparte.
En concreto, LAS CAPILLAS LATERALES son como otras tantas pequeñas iglesias dentro de la principal. Responden al deseo de dar culto a santos locales y universales de mayor devoción.
Fuente: (Cf) Curso de Liturgia.
(Cf) Pedro Sergio Antonio Donoso Beant