domingo, 24 de abril de 2022

Juan 20, 19-31: A los ocho días, llegó Jesús

 

Caravaggio. La incredulidad de Tomás

En cuántas ocasiones cerramos nuestras puertas interiores por miedo. Nos invade una sensación de desánimo y de sospecha porque una y otra vez volvemos a recaer en nuestras flaquezas de siempre. Sentimos el peso y la incoherencia de la propia vida, y la historia, ante el sufrimiento inocente de tantos, se vuelve dolorosamente opaca e impotente… hasta que volvemos a recibir adentro el saludo del Señor: “Paz en tu ser”.

Jesús muestra sus manos y su costado. Hay que tener mucha confianza para enseñar a otros las heridas curadas. Sólo la vulnerabilidad nos desarma, nos devuelve la inocencia, nos sana el miedo. “Como el Padre me envió, yo también os envío”, con la misma vulnerabilidad y desnudez, con los mismos modos humildes y con la misma potencia del amor para perdonar, curar y restaurar la vida, porque hay modos de saludar que dan la salud.

Una de las muchas bendiciones del papa Francisco es que ha “saludado” con amorosa cercanía a colectivos humanos a los que la Iglesia solía mirar con desconfianza. Nos “resucitamos” unos a otros en la manera de saludarnos.  

Fuente: Taco Calendario del Corazón de Jesús, 2022 

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