La oración en este tiempo de Cuaresma es importante, puesto que nos ayuda a estar más cerca de Dios para poder cambiar lo que necesitemos cambiar de nuestro interior. Necesitamos convertirnos, abandonando el pecado que nos aleja de Dios. Cambiar nuestra forma de vivir para que sea Dios el centro de nuestra vida. Sólo en la oración encontraremos el amor de Dios y la dulce y amorosa exigencia de su voluntad.
PARA QUE NUESTRA ORACIÓN TENGA FRUTOS, DEBEMOS EVITAR LO SIGUIENTE:
o La hipocresía: Jesús no quiere que oremos para que los demás nos vean llamando la atención con nuestra actitud exterior. Lo que importa es nuestra actitud interior.
o
La disipación: Esto quiere decir que hay que evitar las distracciones lo más posible.
Preparar nuestra oración, el tiempo y el lugar donde se va a llevar a cabo para
podernos poner en presencia de Dios.
o La multitud de palabras: Esto quiere decir que no se trata de hablar mucho o repetir oraciones de memoria sino de escuchar a Dios. La oración es conformarnos con Él; nuestros deseos, nuestras intenciones y nuestras necesidades. Por eso no necesitamos decirle muchas cosas.
o
La sinceridad que usemos debe salir de lo profundo de nuestro corazón porque a Dios no
se le puede engañar.
Fuente: Catholic.net
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