”haz esto y vivirás”, le dijo Jesús a uno que le preguntó qué hacer para conseguir la vida eterna, la felicidad, según cuenta en Evangelio (Lc 10, 25-37). Primero le respondió invitándole a vivir los mandamientos, resumidos en: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo”. Y después le habló del cuidado que tuvo un hombre samaritano, considerado como poco religioso, con otro hombre herido por los bandidos para robarle. Es decir, si queremos ser felices hay que vivir los mandamientos de Dios y preocuparse de las necesidades de los demás. Aquí tratamos de conocer cuáles son esos mandamientos haciéndonos algunas preguntas como estas: “¿no se pasará Dios al pedirnos unos mandamientos tan exigentes?, ¿pueden cambiar esos mandamientos con el tiempo y los lugares?, ¿qué pasa cuando la conciencia choca con los mandamientos?”
Por eso
veremos primero los cimientos de la moral cristiana, es decir los planes de
Dios, el fin de nuestra vida, la conciencia, etc., y luego entraremos en el
edificio compuesto por los diez mandamientos tal como los enseña la Iglesia. Son
una gran ayuda para alcanzar la verdadera libertad y ser útiles a los demás. Solo
por este camino encontraremos el sentido de nuestra vida.
Fuente:
Jesús Ortiz, Diálogo sobre los
mandamientos. Madrid,
2004.
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