Avanzamos hacia la consumación del año litúrgico y el
Evangelio de hoy nos propone la parábola de los talentos, que nos invita a comenzar a
hacer el balance anual de nuestra vida.
Hay que recordar que, en la época de Jesús, un talento equivalía entre 4.000 y 6.000 denarios (un denario era equivalente a un día de salario). Esto significa que un talento podría equivaler a un máximo de 84.000 días de salario; aproximadamente 11 años y medio de trabajo. Es decir, un valor enorme.
Pero, en esta parábola, los talentos no sólo representan pertenencias
materiales, también son las cualidades que Dios nos da a cada uno. Y, a la vista
de ese reparto, todos tenemos una responsabilidad concreta en la sociedad
porque el relato indica no deja a ningún obrero sin talento. A todos les da
algo con lo que puedan fructificar.
El final del relato es negativo; el tercero de los empleados no
sólo es expulsado a las tinieblas, sino que es llamado “inútil”.
A Cristo le duele enormemente esa actitud. Se encuentra ante alguien
llamado a hacer un bien, aunque fuera pequeño, y resulta que ha elegido no hacer
nada. Eso es un pecado de omisión, que tanto daña al Corazón de Cristo porque
es una manifestación de pereza, dejadez, falta de interés y desprecio a quien
le ha regalado el talento.
¿Y nosotros?
¿Qué hemos hecho este año con los talentos
recibidos?
Fuentes:
El Evangelio Diario en la Compañía de Jesús, 2023
https://es.catholic.net/op/articulos/6199/parbola-de-los-talentos.html#modal
Quora.com
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