El
templo “es el edificio en el que se reúne la comunidad cristiana para escuchar
la Palabra de Dios, para orar unida, para recibir los Sacramentos y celebrar la
Eucaristía”. Está consagrado para el culto a Dios. Es verdad que Dios está
presente en todas partes, pero quiere tener un lugar visible de su presencia en
este mundo. Y esto es el templo, la casa de Dios, que más comúnmente llamamos
“iglesia”. Por eso, siempre que vemos una iglesia nos acordamos de que Dios
está presente en el mundo y hacemos la señal de la cruz.
Fue el emperador Constantino quien, además, lo revistió de solemnidad y magnificencia. Para acoger al número de fieles que ya había, se habilitaron edificios civiles de suficiente tamaño, conocidos como “basílicas”. En la Antigua Roma, la basílica era uno de los edificios romanos más importantes, estando destinados a la administración de justicia y a los tratos comerciales.
Basílica Julia. Fuente: Wikipedia
Bajo
Constantino y sus sucesores, este tipo de edificio fue elegido como base para
el diseño de grandes lugares de culto cristiano, entre otras cosas, permitía
reunir amplias congregaciones. Es por eso que el término basílica acabó
convirtiéndose en sinónimo de una gran iglesia o catedral.
Los
restos de la basílica de Majencio y Constantino son un buen ejemplo; es el
último edificio y el más grande de la época imperial construido en el corazón
de Roma. Probablemente, en volumen, es la sala más grande construida en la Antigüedad.
En un templo cristiano, la cabecera y los pies del mismo se
distinguen porque en la cabecera se encuentra el retablo mayor y, los pies, son
la entrada principal.
El ábside,
la cabecera del templo litúrgicamente orientada, debe mirar al punto por donde
sale el sol como símbolo de Cristo, sol naciente que trae la luz y la salvación
al mundo. Si los judíos orientan sus sinagogas mirando al Templo de Jerusalén y
los musulmanes sus mezquitas mirando hacia la Meca, así los cristianos hemos
tenido la costumbre, considerada como tradición apostólica desde tiempos de la
Iglesia antigua, de mirar mientras oramos hacia el oriente, de tal manera que
el pueblo, e incluso hasta hace poco el sacerdote, convergían sus miradas en
esa dirección.
Aunque hoy parece que no se presta
importancia a la orientación del templo, la tradición cristiana siempre lo ha
hecho mirar al oriente para enfatizar que el sol naciente, símbolo de Cristo,
volverá en el último amanecer de la historia; etimológicamente, oriens significa
oriente y “orientarse” es dirigirse al oriente, al Este.
Los templos tienen fundamentalmente
dos lugares bien definidos: la nave y el presbiterio.
La nave central es el lugar
reservado a los fieles, con los bancos colocados de tal forma que todos puedan
participar con la vista y el espíritu en las sagradas celebraciones, para que
puedan acercarse con facilidad a recibir la comunión, y para que puedan adoptar
las distintas posturas recomendadas para los diversos momentos de dichas
celebraciones.
El
presbiterio recibe su nombre porque es el recinto desde donde los presbíteros o
sacerdotes, proclaman la Palabra de Dios y nos dan el Cuerpo y la Sangre de
Cristo; está elevado respecto a la nave y en él se encuentran el altar, el
ambón, la sede y la credencia.
Los
templos se pueden construir de diferentes formas:
v Trazados
en forma de cruz y orientados hacia el Este, es decir, hacia Jerusalén.
v Otros
se construyen de forma cuadrada. Símbolo del Norte, Sur, Este y Oeste; es
decir, una iglesia para todas las naciones.
v También
se construyen de forma octogonal, que simboliza los ocho días desde el
nacimiento de Jesús hasta el día de su circuncisión.
Durante siglos se han ido construyendo diversos tipos de templos dedicados a Dios:
v BASÍLICA. Las basílicas mayores son siete y están en Roma. Las menores se encuentran por todo el mundo; ha sido el papa quien ha querido honrarlas con ese título.
v CATEDRAL: iglesia donde tiene la sede o cátedra el obispo.
v COLEGIATA: En la actualidad se denomina colegiata a una iglesia principal de tipo colegial, con abad y canonjía que, no siendo sede obispal (catedral), los oficios divinos se celebran con una liturgia similar a la de las catedrales.
v IGLESIA ABACIAL: Donde tiene su sede un abad mitrado.
Iglesia abacial de Sainte-Foy,
Conques (etapa del camino de Santiago). Fuente: Historia del Arte
v IGLESIA PARROQUIAL, para atender espiritualmente a un grupo de fieles y a cargo del párroco y sus colaboradores sacerdotes, en una localidad o territorio delimitado.
v IGLESIA CONVENTUAL, que pertenece a comunidades religiosas.
v IGLESIA PENITENCIAL, que pertenece a una Cofradía.
v CAPILLAS
v ORATORIOS PÚBLICOS, SEMIPÚBLICOS O PRIVADOS.
En
el Evangelio de San Juan (Jn 2, 13-22), Jesús habla de su Cuerpo. El Cuerpo de
Cristo será en la cruz como un templo destruido. Y su resurrección será como
una reconstrucción de este templo realizada por el Padre.
Nuestros templos son
imagen de este misterio, por ello requieren de nosotros el máximo cuidado y
reverencia. Al entrar en ellos, ¿somos conscientes de entrar en el misterio? Al
estar en ellos, ¿somos conscientes de la Presencia que los habita?
Fuentes:
·
(Cf) Curso de Liturgia. (Cf) Pedro
Sergio Antonio Donoso Beant;
·
Magnificat, noviembre 2023
·
http://dibujosparacatequesis.blogspot.com/2013/09/partes-del-templo-catolico.html
·
Wikipedia
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