Hoy, primer domingo de Adviento, Isaías 2, 1-5 nos sugiere que todos los anhelos humanos, en lo que tienen de legítimos, desembocan en lo que solo Dios nos puede dar.
Marcos,
en su Evangelio, nos habla de que el Señor ha de volver (…) que Jesucristo,
cuyo descenso del cielo celebramos en la Navidad con el misterio de la
encarnación, ha de regresar en gloria y majestad (…)
Jesús
vuelve para mostrar la fidelidad de Dios a Su misericordia (…); nos lleva a reconocer
que el Señor sigue cerca de nosotros. Jesús dijo, refiriéndose al Padre y a los
que le aman: “Vendremos a él y en él haremos morada.” Esto nos mueve a vivir
más intensamente la Eucaristía, donde encontramos al que nació de María Virgen
según la carne y volverá glorioso (,,,) También nos impulsa a querer que
nuestra vida exprese mejor el amor que nos tiene. No solo crecen nuestra paz y
nuestra alegría; también la posibilidad de amar a los demás como Él nos ha
enseñado.
Fuente:
(cf.) David Amado Fernández; Magnificat, 2022
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