lunes, 30 de mayo de 2022

HIMNO

Cristo agoniza en el Gólgota

entre suplicios y agravios

y solo dicen sus labios

un “¡Perdónalos Señor”!

Pide a Dios por sus verdugos

y en ese gesto elocuente

nos da la prueba evidente

de que es Él el mismo Amor.


Ha muerto. En el Calvario

un fenómeno acontece,

todo de pronto obscurece

en torno de aquella cruz

con sus tinieblas nos dice

la sabia naturaleza,

en su sublime grandeza,

que de Cristo era la Luz.

 

Ya abandonó su Sepulcro.

“Yo resucitaré”, dijo,

y entonces lo que predijo

fue auténtica realidad;

y en esa resurrección

de su Majestad divina

nos confirma la doctrina

de que Él era la Verdad.

 

Es Amor cuando agoniza,

Luz, porque falta si ha muerto,

Verdad, su sepulcro abierto:

¿quién puede dudar de vos?

Amor, Luz, Verdad. ¿No es eso

lo que Jesucristo encierra?

¿Quién habrá pues en la tierra

que no diga: Hijo de Dios?

Amén.  

Federico Acosta Noriega

Fuente: Magnificat, mayo 2022

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