Esta fiesta litúrgica fue instituida por Pío XII; se celebra
ahora en la Octava de la Asunción para manifestar claramente la conexión
existente entre la realeza de María y su asunción a los cielos.
Nos dirigimos a Dios a través de la Virgen María.
Por María, que permaneció fiel a sus
promesas,
- ayúdanos a no olvidar todo lo que has
hecho por nosotros.
Señor, por la Madre de
tu Hijo, escúchanos.
Por María, siempre atenta a las
necesidades del prójimo,
- enséñanos a tratar con caridad a los que
nos rodean.
Señor, por la Madre de
tu Hijo, escúchanos.
Por María, siempre pronta para darte
gracias,
- muéstranos cómo alabarte con nuestras
obras.
Señor, por la Madre de
tu Hijo, escúchanos.
Por María, mujer fiel,
- danos tu fuerza para que guardemos tus
mandamientos.
Señor, por la Madre de
tu Hijo, escúchanos.
Por María Reina,
- haz que sepamos servirte con alegría.
Señor, por la Madre de tu Hijo, escúchanos.
Fuente: Magnificat; agosto 2022
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