miércoles, 29 de abril de 2020

Rezar en familia (7)


 
DOMINGO IV DE PASCUA-CICLO A

Juan 10, 1-10. Para el 3 de Mayo de 2020

Día del Buen Pastor

 

Con esta imagen del Pastor y el Rebaño, entre los judíos, Jesús la usó para enseñarnos el Camino del Cielo; y nosotros la comprendemos muy bien. La oveja suele ser un animal dócil y el pastor se suele presentar como buen hombre, sencillo y paciente. Entre los judíos, parece ser que en aquel entonces, tenían un “redil” común para cada pueblo o aldea. Al amanecer llegaban los diversos pastores y llamaban cada uno a sus ovejas y las ovejas les seguían. Jesús con esta Parábola nos da unas enseñanzas prácticas y muy exigentes con Él, que es el Único Pastor de todos nosotros.

El P. de la Potterie decía que más que una parábola es una parimia, una forma literaria en la cual se esconde, de modo misterioso, una enseñanza muy elevada, pero que se desvela por capas. No se queda sólo en una descripción bucólica y literaria simplemente.

Resumiendo: Hay un Único Pastor que es Jesucristo y de su Sacerdocio participamos todos, aunque de diversos modos: de un modo ministerial (sacerdotal) o laical (profesional). Todos somos Pastores del Único Pastor que es Jesucristo. Ayudándonos mutuamente a ser mejores y sin salirnos de nuestro sitio. Desde el Papa, Obispos, Sacerdotes y Ministros hasta el último fiel. Todos somos pastores del Único Pastor, incorporándonos a Él con una vida auténtica según sus enseñanzas

Vamos a escudriñar en la Palabra de Dios, como decíamos en el comentario al domingo II de Pascua a propósito de la figura de Tomás Apóstol, pero en nuestro caso, hoy.

 
1º.-El P. Marko Ivan Rupnik, S.J dice que en las traducciones se usa la palabra “redil” de las ovejas, pero en el texto original es “aulé”, que por primera vez en la Biblia es utilizada para expresar el recinto donde estaba la Tienda del encuentro. Luego se convierten en “aulé” todos los atrios del Templo, y, en el tiempo de Cristo, “aulé” era solo el espacio de la explanada del Templo, donde efectivamente se agolpaban las ovejas para el sacrificio en el culto, (los subrayados son míos). Es fuerte como se ve el mensaje de Jesucristo. Esto exige por nuestra parte correspondencia auténtica, filial, exigente, pronta, decidida, tenaz y constante.
 
 
2ª.-San Agustín insinúa que para aceder a este texto (Juan 10) sobre el Buen Pastor, hay que conectarse antes con el final del capítulo anterior (cfr. 9, 39-41): “-Yo he venido a este mundo para un juicio, para que los que no ven vean, y los que ven se vuelvan ciegos. ..Si fuerais ciegos no tendríais pecado, pero ahora decís: <Nosotros vemos>; por eso vuestro pecado permanece”. Se está refiriendo a la gran limpieza del templo que Él quiere y de aquellos jefes religiosos. Es decir de todo lo falso que se ha acumulado en la práctica religiosa.

3ª.-Podemos incluso referirlo, no sólo al pasado de entonces, sino también al futuro: A los que intentasen esquilmar, maltratar o herir a las ovejas, como pastores ladrones o salteadores. Frente a esta visión de la vida, Jesús dice: “Yo soy el Buen Pastor”. Convendría destacar que esta palabra proviene de la raíz de origen hebreo “raah” que significa nutrir y alimentar y que nosotros nos hemos quedado con el significado casi exclusivo disciplinar de guiar o conducir a los buenos pastos: “Yo soy el pan vivo”(Juan 6,51), “verdadero alimento”(Jn 6,55),”Yo soy la puerta” (Jn 10,7,9).
 
 

Convendría también matizar la palabra alimentar y saciar a propósito de la comida. El refrán: nos dice que Comemos para vivir, y no vivimos para comer. Cristo no sacia, sino que alimenta. También dice: “Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos”. Bonita expresión sobre la libertad para entrar y salir en el aprisco, en el trabajo, en el mundo, al principio y al fin de la vida, a la hora de la comida y del descanso. Lo importante es buscar al Señor en todo momento, cumpliendo su santa voluntad.
 
 

Resumiendo: Pienso que la verdadera renovación de la Iglesia el Señor la ha vinculado a su Redención (Gracia) y a nuestra colaboración alegre y sacrificada, con dedicación al Pueblo de Dios, con nuestros compromisos personales y en el entorno de la Eucaristía.

 

Simón David Castro Uzal sdavidcuzal@gmail.com 3 /Mayo/ 2020

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