DOMINGO
IV DE PASCUA-CICLO A
Juan 10,
1-10. Para el 3 de Mayo de 2020
Día
del Buen Pastor
Con esta imagen del Pastor y el
Rebaño, entre los judíos, Jesús la usó para enseñarnos el Camino del Cielo; y
nosotros la comprendemos muy bien. La oveja suele ser un animal dócil
y el pastor se suele presentar como buen hombre, sencillo y paciente.
Entre los judíos, parece ser que en aquel entonces, tenían un “redil”
común para cada pueblo o aldea. Al amanecer llegaban los diversos pastores y
llamaban cada uno a sus ovejas y las ovejas les seguían. Jesús con esta Parábola
nos da unas enseñanzas prácticas y muy exigentes con Él, que es el Único
Pastor de todos nosotros.
El P. de la Potterie decía que más que una parábola
es una parimia, una forma literaria en la cual se
esconde, de modo misterioso, una enseñanza muy elevada, pero que se
desvela por capas. No se queda sólo en una descripción bucólica y
literaria simplemente.
Resumiendo: Hay un Único Pastor que es
Jesucristo y de su Sacerdocio participamos todos, aunque de diversos modos: de
un modo ministerial (sacerdotal) o laical (profesional). Todos somos Pastores
del Único Pastor que es Jesucristo. Ayudándonos mutuamente a ser mejores y sin
salirnos de nuestro sitio. Desde el Papa, Obispos, Sacerdotes y Ministros hasta
el último fiel. Todos somos pastores del Único Pastor, incorporándonos a Él con
una vida auténtica según sus enseñanzas
Vamos a escudriñar en
la Palabra de Dios, como decíamos en el comentario al domingo II de
Pascua a propósito de la figura de Tomás Apóstol, pero en nuestro caso,
hoy.
1º.-El P. Marko Ivan Rupnik, S.J
dice que en las traducciones se usa la palabra “redil” de las
ovejas, pero en el texto original es “aulé”, que por primera
vez en la Biblia es utilizada para expresar el recinto donde estaba la Tienda
del encuentro. Luego se convierten en “aulé” todos los atrios del
Templo, y, en el tiempo de Cristo, “aulé” era solo el espacio de la explanada
del Templo, donde efectivamente se agolpaban las ovejas para el sacrificio
en el culto”, (los
subrayados son míos). Es fuerte
como se ve el mensaje de Jesucristo. Esto exige por nuestra parte correspondencia
auténtica, filial, exigente, pronta, decidida, tenaz y constante.
2ª.-San Agustín insinúa que para
aceder a este texto (Juan 10) sobre el Buen Pastor, hay que conectarse antes
con el final del capítulo anterior (cfr. 9, 39-41): “-Yo he venido a este
mundo para un juicio, para que los que no ven vean, y los que ven se
vuelvan ciegos. ..Si fuerais ciegos no tendríais pecado, pero ahora decís:
<Nosotros vemos>; por eso vuestro pecado permanece”. Se está
refiriendo a la gran limpieza del templo que Él quiere y de
aquellos jefes religiosos. Es decir de todo lo falso que se ha acumulado
en la práctica religiosa.
3ª.-Podemos incluso referirlo, no
sólo al pasado de entonces, sino también al futuro: A los que intentasen
esquilmar, maltratar o herir a las ovejas, como pastores ladrones o
salteadores. Frente a esta visión de la vida, Jesús dice: “Yo soy el Buen
Pastor”. Convendría destacar que esta palabra proviene de la raíz de
origen hebreo “raah” que significa nutrir y alimentar
y que nosotros nos hemos quedado con el significado casi exclusivo disciplinar
de guiar o conducir a los buenos pastos: “Yo soy el pan vivo”(Juan
6,51), “verdadero alimento”(Jn 6,55),”Yo soy la puerta” (Jn 10,7,9).
Convendría también matizar la
palabra alimentar y saciar a propósito de la comida. El refrán: nos dice
que Comemos para vivir, y no vivimos para comer. Cristo no sacia, sino
que alimenta. También dice: “Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y
podrá entrar y salir, y encontrará pastos”. Bonita expresión sobre la libertad
para entrar y salir en el aprisco, en el trabajo, en el mundo, al principio y
al fin de la vida, a la hora de la comida y del descanso. Lo importante es buscar
al Señor en todo momento, cumpliendo su santa voluntad.
Resumiendo: Pienso que la verdadera renovación
de la Iglesia el Señor la ha vinculado a su Redención (Gracia) y a nuestra colaboración
alegre y sacrificada, con dedicación al Pueblo de Dios, con nuestros
compromisos personales y en el entorno de la Eucaristía.
Simón David Castro Uzal sdavidcuzal@gmail.com
3 /Mayo/ 2020
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