Los jóvenes ―a los que va dirigida esta entrada de este blog- son chicos y
chicas súper-normales. Les echo mucho de menos en la misa de los domingos. Son -en
general- reflexivos y capaces de estudiar dos o tres horas diarias sin que le
tiemblen las orejas; no se agobian ante la menor dificultad; generosos, con
corazón, que piensan en ayudar a los demás antes que en tener forrado el riñón.
Con estas catequesis que iremos publicando (una por semana) intentamos suplir
las sesiones presenciales de los viernes y domingos.
En la primera parte sale un comentario o vídeo con el Evangelio de este domingo. Luego un audio para escuchar con calma y reflexionar. A continuación una actividad sencilla y unas cuestiones para leer. En total 15 minutos aproximadamente. Es imprescindible que nos hagáis saber que ya habéis visto esta entrada y que comentéis algo con vuestra Catequista o conmigo directamente.
Solo me falta animarte a que hables con Dios cada mañana (o en
otro momento del día) y que colabores con tu fuerza a hacer más feliz la vida
de los que te rodean. Todo esto está a tu alcance.
Para tu reflexión personal…del Compendio del Catecismo de la
Iglesia Católica, preguntas 126 y 127.
¿Qué lugar ocupa la Resurrección de Cristo
en nuestra fe?
La Resurrección de Jesús es la verdad
culminante de nuestra fe en Cristo, y representa, con la Cruz, una parte
esencial del Misterio pascual.
¿Qué «signos» atestiguan la Resurrección
de Cristo?
Además del signo
esencial, que es el sepulcro vacío, la Resurrección de Jesús es atestiguada por
las mujeres, las primeras que encontraron a Jesús resucitado y lo anunciaron a
los Apóstoles. Jesús después «se apareció a Cefas (Pedro) y luego a los Doce,
más tarde se apareció a más de quinientos hermanos a la vez» (1 Co 15,
5-6), y aún a otros. Los Apóstoles no pudieron inventar la Resurrección, puesto
que les parecía imposible: en efecto, Jesús les echó en cara su incredulidad.
¡Buena semana!
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