sábado, 18 de abril de 2020

Para los chicos/as de Confirmación (1)


Los jóvenes ―a los que va dirigida esta entrada de este blog- son chicos y chicas súper-normales. Les echo mucho de menos en la misa de los domingos. Son -en general- reflexivos y capaces de estudiar dos o tres horas diarias sin que le tiemblen las orejas; no se agobian ante la menor dificultad; generosos, con corazón, que piensan en ayudar a los demás antes que en tener forrado el riñón. Con estas catequesis que iremos publicando (una por semana) intentamos suplir las sesiones presenciales de los viernes y domingos.

 Las Catequistas de Ortoño y Bertamiráns de los chicos/as de Confirmación están pendientes de los chavales que tienen en sus grupos. Me gusta mucho su interés, porque con ello demuestran que los quieren y esa es la primera condición para ser buenas Catequistas.


En la primera parte sale un comentario o vídeo con el Evangelio de este domingo. Luego un audio para escuchar con calma y reflexionar. A continuación una actividad sencilla y unas cuestiones para leer. En total 15 minutos aproximadamente. Es imprescindible que nos hagáis saber que ya habéis visto esta entrada y que comentéis algo con vuestra Catequista o conmigo directamente.


Solo me falta animarte a que hables con Dios cada mañana (o en otro momento del día) y que colabores con tu fuerza a hacer más feliz la vida de los que te rodean. Todo esto está a tu alcance.  




 
 
 
 
Para tu reflexión personal…del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, preguntas 126 y 127.
¿Qué lugar ocupa la Resurrección de Cristo en nuestra fe?
La Resurrección de Jesús es la verdad culminante de nuestra fe en Cristo, y representa, con la Cruz, una parte esencial del Misterio pascual.
¿Qué «signos» atestiguan la Resurrección de Cristo?
Además del signo esencial, que es el sepulcro vacío, la Resurrección de Jesús es atestiguada por las mujeres, las primeras que encontraron a Jesús resucitado y lo anunciaron a los Apóstoles. Jesús después «se apareció a Cefas (Pedro) y luego a los Doce, más tarde se apareció a más de quinientos hermanos a la vez» (1 Co 15, 5-6), y aún a otros. Los Apóstoles no pudieron inventar la Resurrección, puesto que les parecía imposible: en efecto, Jesús les echó en cara su incredulidad.
 
¡Buena semana!
 

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