martes, 21 de abril de 2020

Rezar en familia (6)

DOMINGO III DE PASCUA Ciclo A
Lucas 24, 13-35.-para el 26/Abril/2020
Comentario
 
Este pasaje de los discípulos de Emaús es como un flash o fotografia sobre la situación de la Iglesia de todos los tiempos.
 
A unos 11 Km del lugar donde estaba el núcleo de los Apóstoles, reunidos tras los acontecimintos últimos de Cristo Resucitado, dos discípulos, Cleofás y otro, van de Camino hacia Emaús, nos dice san Lucas.
Ese “otro”- desconocido- , nos puede representar a cada uno de nosotros. Es decir: a la humanidad entera. Van decepcionados y marcados por la tristeza debido a la desaprición del Maestro.
Cristo murió, y ¡cómo murió! Los Apóstoles y discípulos no le ven sentido a que Aquel en quien tenían puesta toda su esperanza esté muerto. El sepulcro vacío. La alegría de las Mujeres, que dicen haberlo visto está como apagada.
Pero es que además, no ha restaurado el Reino de Israel como el Mesías anunciado y esperado. Recordemos que el mismo Lucas en los Hechos de los Apóstoles (1,6), recoge la respuesta de Cristo, ante esa pregunta sobre la Restauración del Reino: “No es cosa vuestra conocer los tiempos o momentos que el Padre ha fijado con su poder, sino que recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que descenderá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra”. Conviene no precipitarse y saber esperar.

 
San Juan Crisóstomo aclara esto: “No comprendían claramente en que consistía el Reino, porque no habían sido instruidos aún por el Espíritu Santo” (In Acta apostolorum, 2). Por lo tanto, en este momento, perduraban en la mentalidad judía sobre el Mesías.
 
¿Y hacia dónde van estos dos discípulos, y por qué?. Seguramente sienten añoranzas porque van hacia Emaús, en cuyas cercanías Judas Macabeo ha tenido una exitosa victoria sobre los paganos que le acosaban. Ahora lo que ven en Jesús es un Mesías envuelto en oscuridad. Parece que están imposibilitados para poder verle y comprenderle, precisamente por su mentalidad judía de luchas, victorias o derrotas por el poder.
Jesús se les une de incógnito en el camino, entabla coversación con ellos, le cuentan lo que pasó con Jesús en Jerusaleén en conversación amigable por el camino. Jesús les explica las Escrituras sobre Él, se dejan querer mutuamente, le invitan a que se quede con ellos “porque ya atardece y el día va de caída”. Así se enganchan de nuevo en la nueva mentalidad que les había propuesto Aquel a quien ahora reconocen en el final del camino; y no como el único forastero en Jerusalén. De haberle tenido “como impostor” pasando a descubrirle como el único Jesús, Salvador y Mesías.

 Un apunte práctico: No formemos juicios de los demás nunca. Siempre podemos cambiar y mejorar en nuestra vida personal. Esforcémonos por conocer mejor nuestra Fe.
Recomiendo leer con calma la homilía de Viernes Santo del P. Cantalamessa, cuando relaciona la Cruz de la Pasión de Cristo, mirándola por delante y por detrás, con la Cruz que nos ofrece a nosotros el Corona-Virus.
 

En el “otro” personaje, anónimo, podemos vernos representados cada uno de nosotros:
Podemos preguntarnos: ¿Cómo es mi trato con la gente? ¿Busco poder, dinero, honores, apoyos para mi causa en los demás o busco la difusión de esa nueva mentalidad que nos ha enseñado el Señor con su persona y su vida, “escudriñando” la palabra de Dios, como Tomás lo hizo en las llagas de Jesucristo? Procuro leer algo formativo sobre la fe, como es el Evangelio/Sagrada Escritura..., me paro a pensar en algo que vea más llamativo para mi formación y asimilación personal? Cuando hago esto personalmente pienso en cómo hacerle una propuesta de mejora ilusionante y positiva a los demás, empezando por los más cercanos a mi?..Porque así se hizo la primera evagelización y así debe hacer también la nueva evangelización.

Camino de Emaús. Monasterio de Silos.
 
 
Simón-David Castro Uzal sdavidcuzal@gmail.com Para el 26/Abril/2020

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