viernes, 3 de abril de 2020

Rezar en familia (2)


VIGILIA SOBRE LA FAMILIA -2.-

JESÚS REZA POR LA UNIDAD EN LA COMUNIÓN DEL AMOR

PALABRA DE DIOS
 
 
 

“Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros, Vosotros me buscaréis”.
“Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros”.
 
 
“El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ame será amado de mi Padre; y yo le amaré y manifestaré a él”. Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor(...) como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor”. Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos”. “No ruego solo por estos, sino también por aquellos que por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno, Como tú, Padre, estás en mi y yo en ti, que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí”.
(Juan 13,33,34. 34-35; 14,21; 15, 9.10, 12-13. 17,1. 20-21.23)
 

MEDITACIÓN

El fundamento teológico del matrimonio

 

“El matrimonio y la familia no son, en realidad, una construcción sociológica casual, fruto de situaciones históricas y económicas particulares. Al contrario, la cuestión de la correcta relación entre el hombre y la mujer hunde sus raíces en la esencia más profunda del ser humano y sólo a partir de ella puede encontrar su respuesta. Es decir, no se puede separar de la pregunta antigua y siempre nueva del hombre sobre sí mismo: ¿quién soy?,¿qué es el hombre? Y esta pregunta, a su vez, no se puede separar del interrogante sobre Dios: ¿existe Dios?, ¿Quién es Dios?, verdadero rostro?, ¿cuál es su verdadero rostro?
La respuesta de la Biblia a estas dos cuestiones es unitaria y consecuente: el hombre es creado a imagen de Dios, y Dios mismo es amor. Por eso, la vocación al amor es lo que hace que el hombre sea la auténtica imagen de Dios: es semejante a Dios en la medida en que ama.

De esta conexión fundamental entre Dios y el hombre deriva la conexión indisoluble ente espíritu y cuerpo, en efecto, el hombre es alma que se expresa en el cuerpo, y cuerpo vivificado por un espíritu inmortal. Así pues, también el cuerpo del hombre y de la mujer tiene, por decirlo así, un carácter teológico; no es simplemente cuerpo, y lo que es biológico en el hombre, no es solamente biológico, sino también expresión y realización de nuestra humanidad. Del mismo modo, la sexualidad humana no es algo añadido a nuestro ser persona, sino que pertenece a él. Solo cuando la sexualidad se ha integrado en la persona logra dar un sentido a sí misma”.

Benedicto XVI

 
ORACIÓN
 
 

Padre infinitamente bueno,

tú has santificado el matrimonio

mediante un misterio tan grande

que lo has hecho sacramento de la alianza

de Cristo y de la Iglesia.

Haz que descubramos en Cristo

la alegría del don total hacia aquel a quien amamos,

para que lleguemos a ser un solo corazón,

una sola alma y un solo espíritu, en un único amor.

Por Cristo entregado por nosotros

en la comunión del Espíritu Santo.

Simón-David Castro Uzal. sdavidcuzal@gmail.com /Jueves Santo/ 9-abril-2020

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