Fuente: Capilla Jesús Esperanza del Mundo
Santa Madre del Señor,
enséñanos a nosotros,
grandes y pequeños,
dominadores y servidores,
a vivir nuestra responsabilidad.
Ayúdanos a encontrar la fuerza
para la reconciliación y el perdón.
Ayúdanos a ser pacientes y humildes,
pero también libres y valientes,
como lo fuiste tú en la hora de la Cruz.
Tú llevas en brazos a Jesús,
el Niño que bendice,
el Niño que es el Señor del mundo.
De este modo,
llevando a Aquel que bendice,
te has convertido tú misma en una bendición.
Bendícenos; bendice nuestra ciudad y nuestro país.
Muéstranos a Jesús,
el fruto bendito de tu vientre.
Ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
BENEDICTO
XVI
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