lunes, 15 de mayo de 2023

Curso de Liturgia

 

Fuente: Parroquia Santa Águeda. Arquidiócesis de Bogotá

8. SIGNOS DE REVERENCIA: LAS POSTURAS (I)

La ordenación General del Misal romano da unas normas claras de las posturas corporales que hay que adoptar durante la Eucaristía. Para el Misal Romano “la postura uniforme, seguida por todos los que tomas parte en la celebración, es un signo de comunidad y unidad de la Asamblea” (OGMR nº 42).

Las posturas corporales que el Misal Romano indica (OGMR 43) son las que resumimos a continuación:

v ESTAR DE PIE: Es una forma de demostrar nuestra confianza filial y nuestra disponibilidad para la acción, para el camino. El estar de pie significa la dignidad de ser hijos de Dios, no esclavos agachados ante el amo. Es la confianza llana del hijo que está ante el padre a quien respeta muchísimo y a quien, al mismo tiempo, tiene cariño. Al mismo tiempo, al estar en pie manifestamos la fe en Jesús resucitado que venció a la muerte y la fe en que nosotros resucitaremos también; el estar agachado y postrado no es la última postura del cristiano, sino el estar en pie resucitado. Estaremos en pie:

o   Desde el canto de entrada hasta el final de la oración Colecta.

o   Durante la lectura del Evangelio y el canto del Aleluya que le precede.

o   Durante la profesión de Fe (Credo) y la oración de los Fieles.

o   Desde que empieza la oración de las ofrendas hasta la consagración.

o   Después de la consagración hasta después de la comunión.

o   Desde la oración de después de la comunión hasta que el sacerdote abandona el altar.

Todas las oraciones deben oírse de pie como actitud de respeto y buena disposición. Esta generalizada la costumbre (errónea) de oír sentados la oración sobre las ofrendas.

v SENTADOS: Significa la confianza de estar con los amigos, con paz y tranquilidad. Cuando estamos en el templo, estamos en casa. Sentados podemos hablar con intimidad y largamente con el Señor, que está ahí presente. También uno se sienta para escuchar y aprender cuando un maestro habla. Estaremos sentados:

o   Durante las lecturas que preceden al Evangelio, incluido el Salmo responsorial.

o   Durante la homilía

o   Mientras se hace la preparación de los dones en el ofertorio

o   A lo largo del silencio posterior a la comunión.

Fuente: www.expreso.ec

v DE RODILLAS: Sólo ante Dios debemos doblar nuestra rodilla. Ponernos de rodillas significa que nos reconocemos pecadores ante Él. La genuflexión ante el Santísimo es un saludo reverencial de fe, en homenaje de reconocimiento al Señor Jesús. Debemos hacerlo en forma pausada y recogida. Estaremos solamente durante la Consagración, aunque por razones de edad, incomodidad del lugar o aglomeración que lo impida se podrá estar respetuosamente de pie.

v POSTRADOS: Se usa en ciertos momentos escasos, en que el alma cristiana se siente más indigna de dirigirse a Dios, cargada de responsabilidades, o en un luto universal como el Viernes Santo por la muerte de Jesús, o cuando la pena y desconsuelo son tan inmensos que no se ve solución. Por ejemplo: el futuro sacerdote, cuando se postra el día de su ordenación sacerdotal; o algunas monjas, el día en que entran al convento o hacen su profesión religiosa, se postran en el suelo, indicando no tanto el abatimiento, sino la necesidad de protección de Dios y la impotencia personal. Es signo de humildad y penitencia.

Misa crismal en la catedral de Ourense (La Región)
 

v LA PROCESIÓN: Más que un gesto litúrgico, es un rito. En las celebraciones habituales (por ejemplo, en la Santa Misa), los ministros realizan movimientos que tienen carácter procesional: al principio, antes del evangelio, etc. También los fieles adoptan esta actitud al presentar las ofrendas y cuando comulgan. Además, hay procesiones excepcionales unidas al año litúrgico (como la del Domingo de Ramos y la del Corpus Christi), o en circunstancias particulares de la vida de la Iglesia (por ejemplo, la de una comunidad parroquial el día de las fiestas patronales). La procesión simboliza, principalmente, el carácter peregrinante de la Iglesia. También, a veces, es un signo muy expresivo de fe y devoción. Deben hacerse con dignidad y respeto.

  

Fuentes: Curso de Liturgia. (Cf) Pedro Sergio Antonio Donoso Beant

y Centro de Pastoral litúrgica

 

 

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