En la mitología de los pueblos del antiguo Oriente Próximo, el mar es el ámbito del mal. Jesús inicia el paso en barca a la otra orilla del lago de Genesaret, que es territorio pagano, donde sanará al endemoniado de Gerasa, pues la salvación que trae es universal. Nosotros, cuando estamos preocupados, no podemos dormir. Pero Jesús, cansado de su actividad, duerme en la barca, con lo que se sugiere que las fuerzas del mal, a las que Jesús ha venido a combatir, no le quitan el sueño.
Despertado
por sus temerosos discípulos, muestra su dominio sobre el mar, lo que provoca
la pregunta que es constante en este Evangelio: “¿Quién es éste?”. Esa es la
pregunta que el evangelista nos invita a responder existencialmente a cada uno
de nosotros. Que el Señor no nos tenga que recriminar nuestra falta de fe. Si Él
está con nosotros, nada hemos de temer.
Fuente:
Evangelio
Diario en la Compañía de Jesús, 2022
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