El conocido publicista Alejandro Toledo caminaba por la calle cuando se encontró con un antiguo compañero de profesión de cierto prestigio. Cuando fue a saludarlo comprobó que aquel amigo se dirigía a un comedor social. Poco después lo vio salir, bien vestido, pero con una bolsa de comida de Cáritas.
Esta experiencia movió a Alejandro Toledo a hacer gratuitamente un «spot» para dar a conocer la importancia del trabajo que realiza esta organización humanitaria de la Iglesia católica. El actor principal del anuncio es un chico que encontró en la calle haciendo malabares, y la coprotagonista es la hija del autor del spot.