El nombre quizás no les diga nada a muchos. Pero si les decimos que
Fabio McNamara, les vendrán a la memoria escenas de los ochenta, tantas veces
vista en televisión: Fabio y Pedro Almodóvar, subidos a un escenario, vestidos
de mujer, cantando Voy a ser mamá.
Fue en el verano de 2008, en un programa de radio. Allí, Fabio dijo que
prefería hablar de la Virgen –a la que ha pintado más de 30 veces- antes que de
ZP; definió la conversión como el cambio de billete de ida al infierno por otro
al Cielo, y a la Movida Madrileña como un cuento chino no, cochino. También
contó que, cuando más perdido estaba, un sacerdote le dijo a su madre: “Usted rece, rece, que ya caerá, ya caerá”.
Y cayó, cayó.
--¡Qué cambio el suyo! ¿Cómo lo explica?
-Bueno, el Señor vino a buscar a los que andaban perdidos. Y más perdido
que yo…
-¿Tan mal estaba?
-Vivía alienado, bajo los efectos de un montón de sustancias. Y buscaba la
felicidad donde no estaba: en la droga, en el sexo, en la fama…
-¿Dónde la ha encontrado?
-En Jesucristo. Él lo es todo: el médico que te sana, el maestro que te
enseña, el amigo que nunca falla…
-Los amigos de cuando la Movida, ¿le han fallado?
-Más que amigos, había intereses. Era difícil encontrar alguien que te
quisiera por lo que eras. Cuando dejabas de ser joven y guapo te daban una
patada.
-¿Y Cristo? -Él no. Él te saca del fango, te limpia, te cura las heridas, te colma de
riquezas y te garantiza una vida a su lado para siempre.
-La salvación eterna…
-¡Es lo único que importa! ¿De qué te sirve lo que el mundo pueda darte, si
esto pasa rapidísimo? ¿Para qué tanto rollo?
-¿Qué otras cosas son importantes?
-Rezar el Rosario. Hacer lectura espiritual y meditación. Adorar al
Santísimo. Ir a misa. Comulgar.
-¿Con qué frecuencia lo hace?
-Todos los días. Si estás en Gracia de Dios, ya puede hundirse el mundo.
Por eso, si peco, no pasan veinticuatro horas sin que me confiese.
-Oye misa en una iglesia que está a varias paradas de metro de su casa.
¿Por qué?
-Porque tienen al Santísimo expuesto todo el día. Y porque dan clases de
Teología y unas charlas que son super interesantes.
-Es importante la formación, ¿no?
-¡Hombre, claro! Es que para ser cristiano hay que conocer la vida y
doctrina de Cristo. Y conocerla bien.
-Para que un alma se convierta…
-Tiene que sufrir mucho y querer curarse. En mi caso fueron de gran ayuda
mis padres, que tanto rezaron por mí.
-Oiga, ¿y no echa de menos la vida loca?
-Para nada. Buscar a Dios, conocerle, amarle… es lo único que importa; lo
demás, una pérdida.
-¿De verdad no se aburre?
-Si para buscar a Dios tienes que aburrirte, pues te aburres. Y si para
encontrarle tienes que sacrificarte, pues te sacrificas. Y si para estar con Él
tienes que dar la vida, pues la das… .
-O sea, que no es cuestión de aburrirse o divertirse.
-No. Pero es que es imposible aburrirse de Dios; con Él siempre estás
aprendiendo.
-Hace años no le daba vergüenza subir a un escenario; ahora no se la da
hablar de Dios.
-¡Pero cómo me va a dar vergüenza, si ha dado su vida por mí! Es como
cuando quieres mucho a una persona: que sólo piensas en ella, sólo hablas de
ella.
-¿Le pasa con Dios?
-Sí, ya sólo quiero pensar en Él, hablar de Él.