31. NATIVIDAD DEL SEÑOR
Un
ciclo importante del año litúrgico gira alrededor de la festividad de la
Natividad del Señor, fiesta fija que celebramos el 25 de diciembre, Navidad.
La
Iglesia celebra el Nacimiento desde el año 336 por disposición del papa san
Julio I aunque, en realidad, no se sabe con exactitud la fecha del Nacimiento;
en cualquier caso, parece ser que fue unos años antes de los que normalmente
consideramos, y ni siquiera si fue o no en invierno.
Los
orígenes de esta celebración parecen remontarse a tiempos muy lejanos, teniendo
como lugar de inicio la gruta donde nació Jesús. Sobre esa gruta, santa Elena
construye la basílica de la Natividad por el año 326, colocando el altar encima
mismo de la gruta.
Se
ha venido afirmando que los cristianos de Roma habían fijado en el siglo IV la
fecha del 25 de diciembre para conmemorar la Natividad del Señor, eligiendo la
fecha de la fiesta civil romana del Sol invicto, fiesta popular romana que
evocaba la victoria del sol sobre las tinieblas.
Sin
embargo, hay autores que discuten esta tesis, como el profesor de Historia de
la Universidad de Muhlenberg, William J. Tighe. Este profesor publicó en
diciembre de 2003 un análisis en el que negaba que la fecha del 25 de diciembre
buscase suplantar una fiesta pagana previa y asegura que “los orígenes paganos
de la Navidad son un mito sin fundamento histórico"; además, como
especialista en los siglos XVI a XVIII, indica que fue del protestante alemán
Paul Ernst Jablonski y del monje francés Jean Hardouin, de quienes surgió esta
idea del “origen pagano”.
Lo
que parece claro es que hoy se está dando el fenómeno contrario. La Navidad es
una celebración entrañable desde hace siglos; es obligado recordar la contribución
de san Francisco de Asís a la aparición de los actuales belenes al representar
en 1.223 el Nacimiento con personajes.
Sin embargo, hoy, nuestra sociedad secularizada la está “paganizando”, convirtiendo una fiesta religiosa en días de consumo desenfrenado y vacación frívola, por lo que cada vez se está perdiendo más su sentido profundo de celebración del Nacimiento del Salvador. En palabras de C. Coolidge, “la Navidad no es sólo una época para disfrutar, es también para reflexionar”. Es nuestra tarea recuperar el verdadero sentido de la Navidad, empezando por nuestras familias.
Para
profundizar en la tesis del profesor Tighe, puede consultarse el siguiente
enlace:
https://www.infocatolica.com/blog/notelacuenten.php/1812231230-origenes-paganos-de-la-navida (10.11.2023)
Fuentes:
(Cf) Curso de Liturgia. (Cf)
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
Infocatólica.com
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