Fuente: Pinterest
Después de su entrada a los cielos, el Corazón de María
sigue ejerciendo a favor nuestro su amorosa intercesión. El amor de su corazón
se dirige primero a Dios y a su Hijo Jesús, pero se extiende también con solicitud
maternal sobre todo el género humano que Jesús le confió al morir; y así la veneramos
por la santidad de su Inmaculado Corazón y le solicitamos su ayuda maternal en
nuestro camino a su Hijo.
Veneramos el Corazón que guarda todas las cosas de
Dios y que nos ayuda a sanar y consagrar a Dios nuestro propio corazón. Ya san
Juan Eudes, en el siglo XVII, había difundido esta devoción. En 1942, en plena
II Guerra Mundial, el papa Pío XII consagró el mundo al Corazón Inmaculado de
María. El papa Juan Pablo II declaró que la conmemoración del Inmaculado Corazón
de María será de naturaleza “obligatoria” y no “opcional”. Es decir, por
primera vez en la Iglesia, la liturgia para esta celebración debe realizarse en
todo el mundo católico.
Fuente: Magnificat, junio
2022
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