La gratitud
El evangelio de
hoy (Lc 17, 11-19) nos ha recordado la importancia del agradecimiento. En esta
ocasión, Lucas nos relata la curación de diez leprosos, pero sólo uno de ellos
vuelve para agradecer a Jesús el haber quedado limpio; y es precisamente el
único extranjero, un samaritano.
La gratitud no
es innata. El bebé nace creyendo que todos han de girar en torno suyo para
alimentarlo, limpiarlo o dejarle dormir cuando él quiere. Pero la gratitud hay
que enseñarla y, después, cultivarla. Si no la practicamos con frecuencia,
perdemos la perspectiva de que todo es un don de Dios y de los demás.
No es sólo buena
educación. En realidad, es el camino que conduce a Dios y nos abre el corazón
de la gente.
Seamos agradecidos, incluso por demás; nunca nos arrepentiremos.
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