Muchos artistas y famosos piensan que expresar abiertamente su fe podría quitarles “empatía” con aquellos que no comparten sus mismas creencias. ¿Es cierto? Podría ser, aunque a la larga valdría la pena echar una mirada al tipo de artista en que se convierte una persona que renuncia a sus convicciones más profundas por agradar o encajar dentro de una “moda” o un “mainstream”. No es demasiado difícil entenderlo. Cuando un artista renuncia a expresar sus convicciones, sus valores religiosos y todo aquello que lo pueda hacer “no comercial” a los ojos del mundo, en ese momento deja de ser un artista y se convierte en un objeto más, de esos que se gastan, duran poco y se olvidan. Los ejemplos son innumerables. Justin Bieber tiene un perfil distinto. Además de estar triunfando -según me han contado- entre el público, especialmente el juvenil ha sido valiente. No quiero ponerlo como un ejemplo ni mucho menos pero es un hecho que, hasta hoy por lo menos, no ha tenido miedo de hablar abiertamente de su fe ni de sus valores cristianos. ¿Es esta autenticidad humana el secreto de su fama? No lo sé. Simplemente quiero decir que es un bloque macizo de mármol que ha caído encima de todos los artistas que consideraban que su fe era un obstáculo y no un bien precioso para su carrera. Dejo traducida una de las muchas frases que aparecen en el video: “Soy cristiano, creo en Dios y creo que Jesús murió en una cruz por mis pecados. Creo que tengo una relación con él y que puedo hablarle, y que él realmente es la razón por la que estoy aquí, así que definitivamente tengo que recordarlo. Tan pronto como empiezo a olvidarlo tengo que volver atrás y recordar, ya sabes, que esto es por lo que estoy aquí”.