"En el momento de la adoración todos estamos al mismo nivel, de rodillas ante el
Sacramento del amor. El sacerdocio común y el ministerial se encuentran unidos
en el culto eucarístico. Es una experiencia muy bella y significativa, que hemos
vivido muchas veces en la basílica de San Pedro, y también en las inolvidables
vigilias con los jóvenes; recuerdo por ejemplo las de Colonia, Londres, Zagreb y
Madrid. Es evidente a todos que estos momentos de vigilia eucarística preparan
la celebración de la santa misa, preparan los corazones al encuentro, de manera
que este resulta incluso más fructuoso. Estar todos en silencio prolongado ante
el Señor presente en su Sacramento es una de las experiencias más auténticas de
nuestro ser Iglesia"
Benedicto XVI