lunes, 29 de abril de 2024

CURSO DE LITURGIA

 

La procesión del Señor de los Milagros recorre Lima (Perú) el Viernes Santo.
Fuente: Youtube

24. LAS PROCESIONES

Un apartado de la religiosidad popular muy querido por las Hermandades y cofradías son las procesiones. La procesión es una expresión cultual de carácter universal en la cual la piedad popular y la liturgia establecen una relación muy peculiar. Las procesiones son manifestaciones de la fe y piedad populares con grandes connotaciones culturales y que despiertan el sentimiento religioso de los fieles, tal como las define el Directorio sobre la piedad popular y la liturgia.

Hay procesiones litúrgicas que se celebran durante el desarrollo de la Eucaristía y son necesarias para el desarrollo de la misma acción litúrgica: la procesión de entrada del ministro y los celebrantes, que puede solemnizare entrando los celebrantes desde el fondo de la nave; la procesión hacia el ambón del diácono o presbítero para proclamar el Evangelio; la procesión para presentar las ofrendas; el momento de recibir la comunión, que también se considera procesión de los fieles. Además, hay procesiones litúrgicas con motivo de ciertas festividades: la del 2 de febrero (Candelaria), que conmemora la Presentación del Señor en el Templo; la del Domingo de Ramos (palmas), que conmemora la entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén; las de la Vigilia Pascual con el rito del Lucernario. Otras, tienen carácter votivo, como la del Corpus o las rogativas.

Fue en la Edad Media cuando la piedad popular amplió el número de procesiones votivas que alcanzaron su punto álgido durante la época barroca, tanto para honrar a los santos como para meditar los aspectos de la Pasión. Los riesgos que tienen se refieren a que estas manifestaciones prevalezcan sobre los sacramentos, que quedarían relegados a un segundo plano o a considerar la procesión como el acto culminante de la Liturgia, lo cual puede degenerar en convertir la procesión en mero espectáculo o acto folclórico cultural. Para evitar esa mala interpretación se impone una catequesis adecuada sobre el sentido de las procesiones en un triple sentido:

v teológico, como sentido de pueblo de Dios en marcha, en el camino de la Jerusalén celeste;

v litúrgico, procurando que haya representación eclesiástica en la presidencia y con oraciones al inicio y al terminar, portando velas los asistentes;

v antropológico, poniendo de manifiesto el significado de procesión como camino que se hace juntos, participando en el mismo clima de oración.    

Fuente: (Cf) Curso de Liturgia. (Cf) Pedro Sergio Antonio Donoso Beant

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