Cada 28
de agosto, la Iglesia Católica celebra a San Agustín de
Hipona, el célebre obispo de la antigüedad que encaminó a la
filosofía y la teología por la ruta de la cooperación, de tal manera que
quedaron sentadas las bases de la doctrina cristiana, como depositaria de la
verdad -aquella que inquieta el corazón del ser humano y que se plenifica en el
encuentro con lo divino-.
Poseedor de una fineza espiritual y una profundidad intelectual
extraordinarias, Agustín de Hipona no solo ha dejado una huella indeleble en la
tradición eclesiástica latina, sino que su pensamiento ha producido un impacto
decisivo para la ciencia occidental.
En San Agustín toda alma que busca la verdad encuentra un amigo
seguro y fiable. Por eso es el patrono de "los que buscan a Dios".
A San Agustín se le cuenta entre los Padres de la Iglesia, y
forma parte también de la lista de los Doctores de la Iglesia. Fue un brillante
orador, filósofo y teólogo, autor de célebres textos entre los que se
encuentran las "Confesiones" y "La ciudad de Dios". Sirvió
a la Iglesia como sacerdote y obispo.
Fuente: Aciprensa
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