El domingo 31 de mayo se celebra la fiesta de Pentecostés
El
día de Pentecostés, los apóstoles reunidos con María -la Madre de Jesús-,
recibieron la misión de prender este mundo con el único fuego de amor que
puede saciar plenamente los más profundos deseos del corazón humano.
El
cristiano está llamado a encender ese fuego en el corazón de sus hermanos.
Esto se hace por contagio, por un testimonio de vida que hace que la gente se
sienta atraída por Jesucristo. Pues la fe no penetra en los corazones por
coacción, sino que comienza por atracción.
La
tarea de los cristianos es mostrar, con la palabra y, sobre todo, con la
vida, el atractivo de Jesús de Nazaret. Ese debe ser nuestro deseo: “que mis
obras hablen más alto que mis palabras, para que contemplando mis obrar los
hombres, puedan dar gloria al Padre celestial”. Tener fe no es tanto una teoría,
cuanto un don recibido y convertido en vida.
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sábado, 30 de mayo de 2020
Prender el fuego del amor
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