RESUMEN DE LA
CATEQUESIS DEL PAPA EL DÍA 13 DE DICIEMBRE DE 2017
¿Por qué ir a misa el
domingo?
Los cristianos vamos a misa el domingo para encontrar al Señor resucitado, o
mejor, para dejarnos encontrar por Él, escuchar su palabra, alimentarnos en su
mesa y así convertirnos en Iglesia.
Lo entendieron, desde la primera hora, los discípulos
de Jesús, los que celebraron el encuentro eucarístico con el Señor en el día de
la semana que los hebreos llamaban «el primero de la semana» y los romanos «día
del sol» porque en ese día Jesús había resucitado de entre los muertos y se
había aparecido a los discípulos, hablando con ellos, comiendo con ellos y
dándoles el Espíritu Santo. Por estas razones, el domingo es un día santo para
nosotros, santificado por la celebración eucarística, presencia viva del Señor
entre nosotros y para nosotros. ¡Es la
misa, por lo tanto, lo que hace el domingo cristiano! El domingo cristiano
gira en torno a la misa. ¿Qué domingo es, para un cristiano, en el que falta el
encuentro con el Señor?
Es necesario recuperar
el significado de la fiesta, el significado de la alegría, de la comunidad
parroquial, de la solidaridad, del reposo que restaura alma y cuerpo.
No trabajar en domingo no existía en los primeros
siglos: es una aportación específica del cristianismo. Por tradición bíblica
los judíos reposan el sábado, mientras que en la sociedad romana no estaba
previsto un día semanal de abstención de los trabajos serviles. Fue el sentido
cristiano de vivir como hijos y no como esclavos, animado por la eucaristía, el
que hizo del domingo —casi universalmente— el día de reposo. La misa del
domingo nos enseña, en el fluir de la semana, a confiarnos a las manos del
Padre que está en los cielos.
La calidad de la vida cristiana se mide por la
capacidad de amar. No vamos a misa para dar algo a Dios, sino para recibir de
Él aquello de lo que realmente tenemos necesidad.
Nosotros
cristianos tenemos necesidad de
participar en la misa dominical porque solo con la gracia de Jesús, con su
presencia viva en nosotros y entre nosotros, podemos poner en práctica su mandamiento y así ser sus testigos
creíbles.
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