RESUMEN DE LA
CATEQUESIS DEL PAPA EL DÍA 15 DE NOVIEMBRE DE 2017
El Papa comenzó comentando que la misa es oración, es más, es la oración por excelencia, la más
alta, la más sublime, y el mismo tiempo la más «concreta». De hecho es el encuentro de amor con Dios
mediante su Palabra y el Cuerpo y Sangre de Jesús. Es un encuentro con el
Señor.
Luego invitó a los oyentes a experimentar que la misa,
la eucaristía, es el momento
privilegiado de estar con Jesús, y, a través de Él, con Dios y con los
hermanos.
Rezar, como todo verdadero diálogo, es también saber permanecer en silencio
—en los diálogos hay momentos de silencio—, en silencio junto a Jesús. Y cuando
nosotros vamos a misa, quizá llegamos cinco minutos antes y empezamos a hablar
con este que está a nuestro lado. Pero no es el momento de hablar: es el
momento del silencio para prepararnos al diálogo. Es el momento de recogerse en
el corazón para prepararse al encuentro con Jesús. ¡El silencio es muy importante! Permaneced en silencio junto a Jesús.
Luego el Papa enunció la necesidad de ser humildes, reconocerse hijos,
descansar en el Padre, fiarse de Él. Para entrar en el Reino de los cielos es
necesario hacerse pequeños como niños. Esta
es la primera actitud: confianza y confidencia, como el niño hacia los
padres; saber que Dios se acuerda de ti, cuida de ti, de ti, de mí, de todos.
La segunda
predisposición es dejarse sorprender. Para entrar en el Reino de los cielos es
necesario dejarse maravillar. En nuestra relación con el Señor, ¿nos dejamos
sorprender por Dios que es siempre el Dios de las sorpresas? Porque el
encuentro con el Señor es siempre un encuentro vivo, no es un encuentro de
museo.
En verdad, el
Señor nos sorprende mostrándonos que Él nos ama también en nuestras
debilidades. Este es el ambiente de la eucaristía, esto es la oración.
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