domingo, 6 de marzo de 2016

La libertad del hombre


SEAMOS LIBRES 


1  El último comandante de Auschwitz, Hess, afirmaba en su diario que el campo de exterminio había sido una inesperada conquista técnica. Tener en cuenta el horario del ministerio, la capacidad de los crematorios y su fuerza de combustión y el combinar todo esto de manera que funcionara ininterrumpidamente, constituía un programa fascinante y armonioso que se justificaba por sí mismo.

Con tales ejemplos es evidente que no se podía continuar mucho tiempo. Todos los productos de la atrocidad, de cuyo continuo incremento somos hoy espectadores atónitos y en última instancia, desamparados, se basan en este único y común fundamento.

Como consecuencia de este principio deberíamos hoy finalmente reconocer que es un engaño de Satán que quiere destruir al hombre y al universo. Deberíamos comprender que el hombre no puede nunca abandonarse al espacio desnudo del arte.

En todo lo que hace, (el hombre) se hace a sí mismo. Por eso está siempre presente como medida suya él mismo, la Creación, su bien y su mal y cuando rechaza esta medida, se engaña. No se libera, se coloca contra la verdad. Lo cual quiere decir que se destruye a sí mismo y al universo.


Pecado y salvación.  Benedicto XVI

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