Han tenido gran eco en la
prensa las palabras del Papa Francisco a propósito del perdón del pecado del
aborto en este año jubilar de la Misericordia que comenzará el día 8 de
diciembre.
Algún feligrés me sugiere
que haga un comentario, porque "se ha creado mucha confusión"
entre todos.
Ni que decir tiene que el
Papa no ha dicho nada nuevo. Se ha limitado a instar al arrepentimiento a las
personas que hayan cometido este grave pecado, concediendo a todos los
sacerdotes la facultad de absolver a quienes se acerquen al Sacramento de la
Penitencia durante este año, sin necesidad de recurrir, como hasta ahora, al
Ordinario del lugar.
Se trata de una costumbre
arraigada en la Iglesia. Cuando se promulga un jubileo, el Papa anima a
los fieles a acercarse al Sacramento del perdón y procura que la
reconciliación con Dios sea una fiesta más sencilla y aún más alegre.
Reproduzco a continuación
dos textos: uno de San Juan Pablo II y otro con las palabras que acaba de
pronunciar el Papa Francisco. Como veis, la doctrina es idéntica. Nada ha
cambiado.
Una reflexión especial quisiera tener
para vosotras, mujeres que habéis recurrido al aborto. La Iglesia conoce
cuántos condicionamientos pueden haber influido en vuestra decisión, y no duda
de que en muchos casos se ha tratado de una decisión dolorosa e incluso
dramática. Probablemente la herida aún no ha cicatrizado en vuestro interior. Es
verdad que lo sucedido fue y sigue siendo profundamente injusto. Sin embargo,
no os dejéis vencer por el desánimo y no perdáis la esperanza. Antes bien,
comprended lo ocurrido e interpretadlo en su verdad. Si aún no lo habéis hecho,
abríos con humildad y confianza al arrepentimiento: el Padre de toda misericordia
os espera para ofreceros su perdón y su paz en el sacramento de la
reconciliación. Os daréis cuenta de que nada está perdido y podréis pedir
perdón también a vuestro hijo, que ahora vive en el Señor. Con la ayuda del
consejo y la cercanía de personas amigas y competentes, podréis estar con
vuestro doloroso testimonio entre los defensores más elocuentes del derecho de
todos a la vida. Por medio de vuestro compromiso por la vida, coronado
posiblemente con el nacimiento de nuevas criaturas y expresado con la acogida y
la atención hacia quien está más necesitado de cercanía, seréis artífices de un
nuevo modo de mirar la vida del hombre.
San Juan Pablo II. Evangelium Vitae, n. 99
Uno de los graves problemas de nuestro tiempo es,
ciertamente, la modificación de la relación con la vida. Una mentalidad muy
generalizada que ya ha provocado una pérdida de la debida sensibilidad personal
y social hacia la acogida de una nueva vida. Algunos viven el drama del aborto
con una consciencia superficial, casi sin darse cuenta del gravísimo mal que
comporta un acto de ese tipo.
Muchos otros,
en cambio, incluso viviendo ese momento como una derrota, consideran no tener
otro camino por donde ir. Pienso, de forma especial, en todas las mujeres que
han recurrido al aborto. Conozco bien los condicionamientos que las condujeron
a esa decisión. Sé que es un drama existencial y moral. He encontrado a
muchas mujeres que llevaban en su corazón una cicatriz por esa elección sufrida
y dolorosa. Lo sucedido es profundamente injusto; sin embargo, sólo el hecho de
comprenderlo en su verdad puede consentir no perder la esperanza.
El perdón de Dios no se puede negar a todo el que se
haya arrepentido, sobre todo cuando con corazón sincero se acerca al Sacramento
de la Confesión para obtener la reconciliación con el Padre. También por este
motivo he decidido conceder a todos los sacerdotes para el Año jubilar, no
obstante cualquier cuestión contraria, la facultad de absolver del pecado del
aborto a quienes lo han practicado y arrepentidos de corazón piden por ello
perdón.
Los sacerdotes se deben preparar para esta gran tarea
sabiendo conjugar palabras de genuina acogida con una reflexión que ayude a
comprender el pecado cometido, e indicar un itinerario de conversión verdadera
para llegar a acoger el auténtico y generoso perdón del Padre que todo lo
renueva con su presencia.
Francisco P.P. 1 de septiembre de 2015
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