Desde
el 25 de julio de 1122 cada vez que el día de Santiago cae en domingo se
celebra, en la ciudad del Apóstol, año santo y jubilar. Así lo dispuso el Papa
de entonces, Calixto II. Medio siglo después, el Papa Alejandro III, en 1179,
mediante la Bula "Regis aeterni", le confirió carácter de perpetuidad
a esta gracia jubilar. Desde entonces, el año jubilar compostelano se repite en
secuencias de 11, 6, 5 y 6 años y vuelta a comenzar. Cada siglo hay catorce
años jubilares. 2010 fue año santo, el 119 año jubilar compostelano de la
historia. Los últimos años jubilares compostelanos fueron en 1976, 1982, 1993,
1999, 2004 y 2010 y los próximos serán en los años 2021 y 2027.
La
veneración de las reliquias del Apóstol Santiago centra toda la historia y
tradición jacobea. La esencia del año santo compostelano es, pues, la
veneración de la tumba del primer Apóstol que bebió el cáliz del Señor Jesús.
A
partir de esta creencia, avalada científicamente tras los estudios y hallazgos
arqueológicos en la tumba del Apóstol a finales del siglo pasado y la
correspondiente Bula del Papa León XIII "Deus omnipotens" de 1894,
los "caminos" de Santiago pasan por la búsqueda, por el esfuerzo, por
la reconciliación, por la gran "perdonanza", tal y como recoge la
tradición jacobea.
. . La tradición jacobea se inserta
plenamente en la clave de las grandes peregrinaciones de la Edad Media -Roma,
Jerusalén y Santiago se convertirán en los tres grandes y hasta competitivos
focos de peregrinaciones- y en el entonces preponderante culto a las reliquias.
En tiempos todavía de milenarios y de una visión teocéntrica de la realidad,
esta tradición surgirá también como camino de penitencia y conversión.
Jesús de las Heras.
Puedes leerlo en Revista Ecclesia