JESUCRISTO se inserta en el movimiento histórico revelador de Dios en que se dirige al Pueblo de Israel a través de la Ley (Moisés) y los Profetas. Todo lo anterior no va a sufrir una ruptura radical; Jesucristo se inserta en esa historia para dar plenitud y sentido a todo lo anterior en Él. Hay quien piensas que puede cumplir los mandamientos por sí mismo, con su sola fuerza. Esto, según la doctrina católica, no es verdad: sin la gracia divina, no podemos cumplir la Ley natural durante largo tiempo y con la misma intensidad. Estamos “tocados” por el pecado original. Por esa razón necesitamos la gracia de la confesión, la gracia de la Eucaristía. Vivir como cristiano, sin la gracia, no es posible. El pelagianismo ambiental (la doctrina que dice que el hombre todo lo puede con sus solas fuerzas) hace que se pierda la sensibilidad hacia esta realidad, de ahí que la cascada progresiva hacia el mal sea inevitable. Lo vemos todos los días, en mayor o menor medida. Los periódicos, paradójicamente, nos dicen que “el Evangelio es verdad”
AUTOR: Pablo Cervera Barranco
Fuente: Magnificat especial
Cuaresma
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