“Conviértete y cree en el Evangelio”. ¿Conversión de qué? Tú y yo tenemos pecados y el Señor nos dice siempre en el Evangelio que el remedio de los pecados viene por tres sitios: el ayuno, la oración y la limosna. Sí, hay que hacer penitencia. El remedio a tus pecados te lo da el ayuno, ¿pero de qué? ¿Demasiado tiempo viendo deporte en la tele sin ayudar a otros, por ejemplo?, ¿del móvil? Eso da igual, pero plantéatelo.
El
Señor nos dice, además, que el remedio de los pecados viene también de la
limosna. El ayuno no es para tener más dinero en el bolsillo de los caprichos
que nos quitamos; es para darlo, sin presumir. Hazlo.
Y por supuesto hay que hacer oración, hablar con Dios íntimamente. Está en el Evangelio: “Métete en tu cuarto”. Ven a la iglesia a rezar en silencio; plantéate la vida espiritual con aquel sacerdote que te acompaña para trazar bien un plan de Cuaresma que cambie tu vida, una buena confesión. Y luego ve concretando tu vida en obras de caridad y de penitencia que te ayuden no a hacer lo que a ti te apetece, sino lo que Dios quiere. No olvides, como dice el Evangelio, que “Dios está en lo escondido y el que ve en lo escondido te recompensará”
David
Benítez (reflexión basada en Mateo 6,1-6. 16-18)
PENITENCIA
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Fuente: Magnificat especial Cuaresma, 2023
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