Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida.
Cuando tenga sed, mándame alguien que necesite bebida.
Cuando tenga frío, mándame alguien que necesite calor.
Cuando tenga un disgusto, preséntame alguien que necesite consuelo.
Cuando mi cruz se haga pesada, haz que comparta la cruz de otro.
Cuando esté pobre, ponme cerca de alguien necesitado.
Cuando me falte tiempo, dame alguien que necesite unos minutos míos.
…
Cuando sienta la necesidad de la comprensión de los demás, mándame alguien que necesite la mía.
Cuando sienta necesidad de que me cuiden, mándame alguien a quien tenga que cuidar.
…
Hazme digno, Señor, de servir a mis hermanos, que viven y mueren pobres y hambrientos en este mundo de hoy.
Dales, a través de mis manos, el pan de cada día; y dales paz y alegría, gracias a mi amor comprensivo.
…
¡Qué nada, de ahora en adelante, nos haga sufrir o llorar hasta el punto de olvidar la alegría de tu resurrección!
Tú eres el sol que resplandece del Padre; tú eres la esperanza de la eterna felicidad; tú eres el fuego del amor que incendia nuestros corazones…
Que la alegría de Jesús sea nuestra fuerza, que sea entre nosotros lazo de paz, de unidad y de amor.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario