El Papa Francisco ha abierto la primera sesión del
Sínodo sobre la Familia pidiendo a los participantes que no se encierren en sus
convicciones y prejuicios, porque no se trata de buscar mediaciones o acuerdos.
FRANCISCO
“El Sínodo no es un parlamento ni un senado donde nos
ponemos de acuerdo. Es una expresión de la Iglesia, es la Iglesia que camina
junta para leer la realidad con los ojos de la fe y con el corazón de Dios; es
la Iglesia que se interroga sobre la fidelidad al depósito de la fe, que para ella
no es un museo para mirar y tampoco para proteger, sino una fuente viva en la
que la Iglesia bebe para dar de beber”.
Francisco les ha pedido que se pongan como prioridades
el bien de la Iglesia, de la familia y la salvación de las almas. Por eso,
deben ser valientes y humildes.
FRANCISCO
“La valentía apostólica que no se deja asustar ni ante
las seducciones del mundo, que tienden a apagar en el corazón de los hombres la
luz de la verdad, sustituyéndola con pequeñas y perecederas luces, y tampoco
ante el endurecimiento de algunos corazones que, a pesar de las buenas
intenciones, alejan a las personas de Dios”.
El Papa les ha pedido que no se dediquen a acusar a
las personas, sino que tiendan la mano a quienes lo necesiten, para levantarles
sin sentirse jamás superiores a los demás.
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