DESDE
hace diez años publico los miércoles para todo el Grupo Joly; llevo, por tanto,
un decenio asombrándome cada año de la casualidad de que me toque escribir los
días de Ceniza justamente a mí, columnista confesional y ritualista donde los
haya. Esta vez, sin embargo, voy a aparcar la broma, no tanto por repetitiva y
cansina -yo no me canso nunca de una tradición-, como porque, tras la
decapitación en Libia de 21 egipcios, cristianos coptos, no estamos para
chistecillos. El hecho es tan grave que...SEGUIR LEYENDO AQUÍ.
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