Ayer a estas horas estaba visitando a una persona en su casa. Le agradezco la conversación, siempre se aprende algo y ya sea por la experiencia que los enfermos aportan o por la grandeza de su testimonio en medio del sufrimiento suelo salir de sus casas pensando que vale la pena ser cura. Evidentemente todo lo hace Cristo. La compañía era agradable y como si fuese imprescindible saltó la afirmación: "A los curas tenían que dejarles casarse". Opto por pasar por alto (podría ser su nieto). Pero hoy me he acordado de este videíllo que tengo en el ordenador.
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