sábado, 1 de agosto de 2020

Rezar en familia (20)

 

 

 

 

 

DOMINGO 18º del T.O.A., para el 2 de Agosto. 2020.

Isaías, 55, 1-3.-Salmo 144.-Rom. 8,35.37-39.- Mt 14, 13-21

Comentario

 

Estamos en tiempo de vacaciones. La liturgia se adapta a nuestra situación. Es importante descansar y saber descansar. No se trata de hacer muchas cosas en la vida. Pero también en el descanso tenemos que saber encontrarnos con nuestro Dios y Señor, sencillamente porque somos suyos y también con la familia a la cual nos debemos. A la vez que además es un trabajo estando más pendientes del Señor.

Cuando mejor se descansa es cuando estamos reunidos, relajados y conversando con alguien a quien queremos y apreciamos y mejor en torno a una mesa participando a modo de invitados: hablando y participando, entrecruzando conversaciones y propuestas, bromas, aspiraciones, proyectos en común, etc.

 

ANTECEDENTES DE ESTE HISTÓRICO ENCUENTRO:

En este caso Jesús, al enterarse de la muerte de Juan el Bautista, un pariente suyo con quien habría jugado de niño, hijo de Isabel y de Zacarías, que le abrió el camino con la predicación y el bautismo de penitencia; y que le presentó sus primeros discípulos. Con estos sentimientos Jesús se sube a una barca para estar a solas con su Padre Dios, en un lugar desierto y al desembarcar -sorpresa- vio Jesús una multitud, se compadeció de ella, curó enfermos, se hizo tarde y entran en juego los discípulos que le piden que los despida, para que se vayan y compren comida.

 

EL ENCUENTRO DE JESÚS CON LA GENTE Y LOS DISCÍPULOS:

De nuevo entra Jesús en escena y con gran sentido humano y sobrenatural les va a mostrar el valor de la compasión haciéndoles partícipes por su llamada a la colaboración con él: Dadles vosotros de comer...Para eso os he llamado y estáis conmigo. Un trabajo fatigoso les encarga. Se van a cansar un poco en la distribución. Eran unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños. Se convirtió aquello en el primer “picnic” de la historia, tal vez. No se les olvidará en su vida.

Sólo tenemos cinco panes y dos peces..., objetan los discípulos como excusa..- Traedlos aquí y ponen en sus manos todas sus posibilidades:

 

PAN Y PALABRA:

La Liturgia nos lleva de la mano a un resumen fundamental de la enseñanza básica de Cristo en toda su vida y en un ambiente de descanso en aquel campo:

Las siete virtudes (teologales y morales), las siete obras de misericordia, los siete sacramentos, las siete preguntas del Padrenuestro, las siete ofensas del hermano para perdonar. Ponedlas en juego. No las tengáis escritas sólo en el catecismo, en la agenda o en el móvil.

Me interesa sobre todo dar de comer a las mujeres y a los niños, de quienes parece que os habíais olvidado en vuestra relación.

Recoged lo que sobra: doce cestas llenas. Una para cada uno de mis doce apóstoles. Así os quedará grabada la lección ante vuestros ojos durante toda la vida, la fatiga de vuestras manos que os pedí hoy en el trabajo con vuestros brazos cansados; la gratitud del Señor, siempre en la memoria, los brazos cansados, la sobreabundancia de mi alimento- Pan y Palabra- de vida eterna y que no acabará nunca.

El pan es alimento necesario para la vida y del que el hombre no puede prescindir; fue instituido como criterio de salvación, en referencia a la Eucaristía. Es expresión del trabajo, por el esfuerzo, sudor, para transformar el mundo al servicio de la vida, aunque por desgracia quede pendiente de recuperación mucho trabajo opresor, por egoísmos y ambiciones torcidas. Es materia de la Eucaristía y portador de vida divina y que compartimos con los demás. Así rezamos en el Padre Nuestro pidiendo: “El pan nuestro de cada día” que debemos compartir. Isaías nos formula una pregunta. ¿Por qué gastáis dinero en lo que no alimenta?. ( 1ª lect.). Este pan que viene de Cristo, distribuido por los Apóstoles siempre da vida y vida eterna. Es la Eucaristía.

Simón David Castro Uzal sdavidcuzal@gmail.com Para el 2 de agosto de 2020

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