TIEMPO DE CUARESMA
Propicio para una buena confesión
¿Por qué un
sacramento para el perdón?
¿No sería mucho más fácil confesar los pecados directamente a
Dios sin la mediación de un sacerdote?
Es cierto que sí podemos confesar nuestros pecados a Dios
directamente, y debemos hacerlo siempre que pequemos. Le diremos que sentimos
haber ofendido su gran amor y le pediremos que nos perdone. De este modo, si lo
hacemos en serio se nos perdonan los pecados veniales.
Pero para el perdón de los pecados mortales, la enseñanza
constante de la Iglesia es que debemos acudir al sacramento de la confesión, o
hacer un acto de contrición perfecta, junto con la decisión de confesarnos tan
pronto como nos sea posible.
Jesús desea hacerse inmediatamente presente a nosotros en la
persona del sacerdote que escucha nuestra oración y nos absuelve. Después de
todo, cuando nos confesamos directamente con Dios, no sabemos si estamos perdonados
o no. No escuchamos con nuestros propios oídos las confortadoras palabras: “Yo
te absuelvo de tus pecados…”.
Gracias a la medicación del sacerdote, Dios se hace “próximo”
a nosotros en la concreción de un corazón también perdonado. A esto se suma la
necesidad que todos tenemos de contar a alguien lo que hemos hecho, sea bueno o
malo. Añadir que el sacerdote queda obligado al silencio para siempre. Nunca
puede revelar nuestros pecados a nadie. Anímate a confesarte esta Cuaresma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario