martes, 7 de febrero de 2012

Oración también por el cura


-¡Buenos días!
-¡Buenos días! Claro, usted non ten frío.
-¿Qué frío voy a tener después del que nos han dicho que iba a venir?
-Tamén é verdad. Bueno, pase bó día que usted ten moito traballo e eu estou aquí a este soliño...voulle decir un secreto (...)
-¿Qué será?
-Mire; coidéseme, que outro cura non temos. E eu; non é por facerlle a pelota, rezo moito por usted. E pa'que haxa moitos coma usted.
-¡Gracias! (Evidentemente, no me marché sin antes agradecerle su oración e insistirle en que siga rezando mucho por las vocaciones). Y me alejé pensando: "¡qué gente tan riquiña!, ¿qué sería de nosotros sin esa gran defensa que es la oración?".

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