domingo, 17 de enero de 2016

La misericordia (II)



¡Empezó Él!

No; no es una acusación. El principio no pudo ser mejor. Dios no se dedicó ni se dedica a pensar en sí mismo. Por amor nos creó a nosotros, y para que pudiéramos participar de la felicidad…pero no solo de la de recibir amor, sino, sobre todo, como Él, de AMAR.

En el libro del Génesis es muy hermoso ver que Dios y el hombre disfrutan paseando por el jardín del paraíso…hasta que el pecado lo estropeó todo. El hombre pensó que podía él solo; y sin amor, todo se volvió dolor.

Y cuando esto pasó, Dios no nos dejó a la deriva. Vino él mismo en la persona de Jesús de Nazaret. Esto sí es misericordia.

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