Este domingo -2 de marzo- el Sr. Arzobispo, acompañado de D. Jesús, su obispo auxiliar y de los demás obispos de Galicia viaja a Roma para la visita que los obispos deben hacer una vez cada 5 años al Papa. Dejo aquí el texto de la Carta que con tal motivo nos ha escrito a todos.
Carta
Pastoral en la
VISITA
“AD LIMINA APOSTOLORUM”
Febrero
2014
Queridos
diocesanos:
Dentro de
escasas fechas, los obispos de la Provincia Eclesiástica de Galicia,
efectuaremos en Roma la visita “Ad Limina Apostolorum”. Será entre los días 3 y
8 del próximo mes de marzo. Como bien sabéis, esta visita es un signo de
comunión eclesial, de colegialidad episcopal y expresión de la universalidad de
la Iglesia, además de una demostración de la caridad fraterna entre los distintos
obispos y el Papa, sucesor de Pedro, “principio y fundamento perpetuo y visible
de unidad, tanto de los obispos como de la muchedumbre de fieles” (LG 23).
El apóstol Pablo
nos dejó su propio testimonio del encuentro con el apóstol Pedro en Jerusalén, al
comentar en su Carta a los Gálatas que “después, pasados tres años, subí a
Jerusalén para conocer a Cefas y permanecí quince días con él” (Gal 1,18), consciente
sin duda alguna de que Pedro había recibido del Señor el encargo de “confirmar
a sus hermanos” (cf. Lc 22, 32). En torno al siglo IV, la Iglesia vivió esa
experiencia de cercanía y proximidad con el Sucesor de Pedro en Roma, ciudad en
la que también recibió el martirio el gran apóstol de los gentiles, Pablo de
Tarso. En la visita a sus tumbas, a la de San Pedro y a la de San Pablo, se
simboliza con el paso de los siglos no solo la veneración a sus figuras sino la
entraña de comunión de todas las comunidades de creyentes con la Iglesia de
Roma, sede del Vicario de Cristo. Fue en el siglo XVI, con el papa Sixto V,
cuando la visita “Ad Limina Apostolorum” se sistematiza y adquiere la naturaleza
que hoy se recoge en el Código de Derecho Canónico (cc. 399 y 400). De este
modo, todos los obispos diocesanos deben visitar las tumbas de los Apóstoles,
reunirse con el Sumo Pontífice y presentarle un informe o relación de sus
respectivas diócesis.
El encuentro con
el Santo Padre será un acontecimiento gozoso. Como Pastor de esta Iglesia local
que peregrina en Compostela y que guarda piadosamente la memoria y el sepulcro
apostólico de Santiago el Mayor, tendré ocasión de informar al Obispo de Roma,
que nos preside a todos en la caridad, sobre la situación de nuestra Archidiócesis.
Será un momento para compartir y expresar nuestras iniciativas y dificultades,
nuestras esperanzas y debilidades, nuestros logros y nuestras deficiencias,
nuestro presente y el futuro que entre todos queremos construir apostólicamente
con los trabajos del Sínodo Diocesano, con
fraterna sinceridad y con la confianza de que la Barca del Señor Santiago
quiere seguir navegando en la estela de la Barca de Pedro, con el corazón y los
ojos fijos en Cristo Resucitado.
Quiero dar las
gracias a cuantos han contribuido, a lo largo de los últimos meses, a preparar
la relación que ha sido ya enviada al Romano Pontífice. Este trabajo, arduo
pero necesario, también es manifestación del espíritu de honda comunión que
nuestra Iglesia profesa con aquel a quien el Señor dijo “tú eres Pedro y sobre
esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt 16, 18).
Queridos
diocesanos, en esas jornadas de estancia y trabajo en Roma, vuestro arzobispo y
su obispo auxiliar os tendremos presentes a todos y cada uno de vosotros en las
Eucaristías que celebraremos en el altar de las basílicas que acogen las tumbas
de los apóstoles Pedro y Pablo. Que vuestra plegaria, también, se una a la
oración que elevaremos, en compañía de los obispos de la Iglesia que peregrina
en España, como acción de gracias y expresión de filial afecto al “dulce Cristo
en la tierra”, como gustaba llamar Santa Catalina de Siena al Sucesor de Pedro.
Pido a todos:
sacerdotes, miembros de la Vida Consagrada y laicos, que encomendéis al Señor,
por medio de la Virgen María y con la intercesión del Apóstol Santiago, los
frutos de esta visita.
Que la oración
de toda la Iglesia que peregrina en nuestra Archidiócesis, sea manifestación de
esa unidad en el Espíritu y anhelo ferviente de seguir predicando, con nuestra
vida y nuestras obras, la Buena Noticia del Evangelio de Nuestro Señor Jesús.
Os saluda con
afecto y bendice en el Señor,
+
Julián Barrio Barrio,
Arzobispo
de Santiago de Compostela
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