Esta fiesta recuerda la
emocionante escena que tuvo lugar en el templo de Jerusalén a los cuarenta días
del nacimiento de Jesús, según el evangelio de San Lucas (2,22-38). Hoy, es
fiesta del Señor, pero la Purificación de María sigue recordándose
continuamente a través del cuarto misterio gozoso del santo Rosario.
¿SABES POR QUÉ SE
LLAMA TAMBIEN ”LA CANDELARIA”?
Tanto el nombre de
Candelaria como el de Purificación tienen su origen en la fiesta que celebra la
Iglesia (antaño con gran solemnidad) a los 40 días del Nacimiento de Jesús (2
de febrero) como cierre del período navideño. Con la purificación de la madre y
la presentación del hijo en el templo, quedaba cerrado en la ley judaica el
ritual que acompañaba el nacimiento de un niño.
La fiesta de la Candelaria
se llama así porque cuando no había luz eléctrica en ella se bendicían las
candelas que se necesitaban durante todo el año, a fin de que nunca faltese en
las casas la luz tanto física como espiritual. Los fieles acuden a la misa de
este día con las velas, que son bendecidas solemnemente por el sacerdote y a
continuación se hace una corta procesión entre dos iglesias cercanas o por el
interior de la misma iglesia, con las velas encendidas, cantando el Nunc dimittis servum tuum (“ahora puedo
morir en paz, porque mis ojos han visto al Redentor…” el himno que entonó el
anciano Simeón, sacerdote, cuando María le presentó a Jesús en el templo. Esta
fiesta tenía gran significación cuando la única luz en las casas era la de las
velas y candiles.
En las islas Canarias es
ésta una gran fiesta, especialmente en Santa Cruz de Tenerife, en la población
de Candelaria, situada a la orilla del mar, sobre un arenal, frente a la
antigua ensenada, a 25 kilómetros de la capital. Allí se halla la basílica de
Nuestra Señora de la Candelaria, patrona del archipiélago canario.
Esta fiesta tiene una
especial significación, pues recuerda algo fundamental en la vida de María: su
purificación y la presentación de su hijo al sacerdote, en cumplimiento de su
obligación de consagrarlo a Dios. Y más todavía porque es ésta una fiesta de la
luz que es la que le da nombre. De ahí la belleza especial de los nombres de
Candelaria y Purificación, con sus hipocorísticos (Candela, Puri, etc) que
hacen referencia a la blancura y al calor de la luz. Son dos nombres cálidos y
luminosos, muy sugestivos. ¡Felicidades!
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