sábado, 4 de abril de 2020

Rezar en familia (3)


 
Don Simón nos anima con una tercera entrega, para ayudarnos a rezar en familia durante estos días tan especiales. También él está confinado en la Casa Sacerdotal de Santiago por un ligero contratiempo. Esperemos que pronto se recupere.

 

 

 

VIGILIA 3ª: Sobre la Oración en Familia

Jesús cumple la voluntad del Padre

 

PALABRA DE DIOS

 

“Van a una propiedad, cuyo nombre es Getsemaní, y dice a sus discípulos: “Sentaos aquí, mientras yo hago ración”. Toma consigo a Pedro, Santiago y Juan, y comenzó a sentir pavor y angustia. Y les dice: “” Mi alma está triste hasta la muerte, quedaos aquí y velad””. Y adelantándose un poco, cayó en tierra y suplicaba que a ser posible pasara de él aquella hora. Y decía: “”¡Abbá, Padre!, todo es posible para ti, aparta de mi esta copa; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieras tú”” (Marcos,14,32-36)

 

MEDITACIÓN

La oración familiar

 

“Solo la fe en Cristo, solo la participación en la fe de la Iglesia salva a la familia; y, por otra parte, la Iglesia solo puede vivir si se salva la familia.
Yo ahora no tengo la receta de cómo se puede hacer esto. Pero creo que debemos tenerlo siempre presente. Por eso, tenemos que hacer todo lo que favorezca a la familia: círculos familiares, catequesis familiares, enseñar la oración en familia. Esto me parece muy importante: donde se hace oración juntos, está presente el Señor, está presente la fuerza que puede romper incluso la “esclerocardia”, la dureza de corazón que, según el Señor, es el verdadero motivo del divorcio.
Solo la presencia del Señor, y nada más, nos ayuda a vivir realmente lo que desde el inicio el Creador quiso y el Redentor renovó. Enseñar la oración en familia y así invitar a la oración con la Iglesia. Y encontrar luego todos los demás modos.”

Benedicto XVI

 

ORACIÓN


 

Padre nuestro que estás en los cielos,

hágase tu voluntad en la tierra

como en el cielo;

y no la nuestra.

Pero, en tu infinita bondad,

has querido que tu santa voluntad

desposara nuestra voluntad,

la de elegirnos el uno para el otro por amor.

Al consagrar así nuestro amor humano

lo has elevado al rango del amor divino.

Nuestro amor manifiesta la acción prodigiosa

de tu gracia.

Nuestra unidad revela a la Iglesia y al mundo

el maravilloso designio de tu amor.

Suscita en nosotros la voluntad de realizar,

ante todo nosotros mismos,

la unidad en el amor cuya gracia tú nos has dado.

Por Jesucristo, tu Hijo amado,

en la comunión del Espíritu Santo.

 

 

Simón-David Castro Uzal sdavidcuzal@gmail.com Semana Santa, 2020

 

 

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