Giotto, La traición de Judas, año 1303, Capilla Scrovegni de Padua (Italia).
Giotto pinta a Judas, con la
bolsa y pactando con los miembros del
Sanedrín. Es empujado por un ser de color negro y con cuernos; figura extraña
con la que el artista trata de dibujar al demonio, ser espiritual y ángel
contario a los designios de Dios según los textos bíblicos. El artista nos
enseña a ese ser misterioso así como que ha quedado ennegrecida la corona de
Judas, señalando así la caída en desgracia del traidor. Esto, por la tremenda
injusticia que obra con su Maestro. Hay una tenue sonrisa en el anciano,
absolutamente temible. Este fue el acuerdo al que llegó el Sanedrín respecto a
la entrega y muerte del nazareno.
San Mateo nos relata, que
“entonces uno de los Doce llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y
les propuso: ‘¿qué estáis dispuestos a darme si os lo entrego?’. Ellos se
ajustaron con él en treinta monedas de plata.”(Mateo, 26, 14-16).
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