Los
niños, jóvenes y universitarios de esta parroquia desde hoy podemos decir que
han comenzado todos las clases. En momentos así me acuerdo siempre de unos
consejos sencillos que dicen dio Santo Tomás de Aquino a un joven que debía
estudiar. Por si algún estudiante quiere leerlos y pueden serle útiles:
“Ya que
me preguntas, carísimo hermano en Cristo, cómo debes estudiar para adquirir el
tesoro de la ciencia, mi consejo es el siguiente.
No te
lances de pronto al mar, sino acércate por los riachuelos, porque a lo difícil
se ha de llegar por lo fácil. Te mando que seas tardo para hablar y para ir a
distracciones; abraza la pureza de conciencia; date a la oración; procura
permanecer en tu celda, si quieres entrar un día en el templo del saber; sé
amable con todos; no te preocupes de lo que hacen los demás; no tengas
demasiada familiaridad con nadie, pues la excesiva familiaridad engendra
desprecio y roba tiempo al estudio; huye sobre todo de perder el tiempo; imita
a los santos y a los buenos; guarda en la memoria todo lo bueno que oigas, sin
reparar en quién lo dijo; trata de entender cuanto leas y oigas; cuando tengas
alguna duda, aclárala; acumula cuantos conocimientos puedas en el arca de tu
mente, como quien trata de llenar un vaso; no busques lo que sea superior a tus
fuerzas.
Si sigues
estos pasos producirás copiosas ramas y frutos en la viña del Señor. Cúmplelo y
alcanzarás lo que deseas.”
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